Por estos días, veremos a niños y adultos abalanzarse de casa en casa a solemnizar las tradicionales y culturales novenas de aguinaldos, y con ello celebrar el cumpleaños número 2019 del primer líder social influyente en la historia de la humanidad. Recordemos a Jesús de Nazaret como el hijo de un carpintero trabajador independiente quien se rebuscaba el pan diariamente con el sudor de su frente como aún le corresponde a las grandes mayorías de nuestro país a quienes se les arrebatan sus derechos pensionales, laborales y se les niega un sistema de salud digno; el hijo de una bondadosa y amorosa ama de casa quien triplicaba sus esfuerzos por conservar la unidad y equilibrio familiar.
Fue el mismísimo Jesús, en mi humilde opinión, el primer maestro de la enseñanza pública de la historia, logrando dirigir una escuela invisible pero significativa con el apoyo de doce profesores con los cuales construyó tejido social y promovió su escuela como territorio de paz. Además, fue él quien fomentó el respeto hacia los pobres y oprimidos. También fue el primer líder sindical, el primer marchante pacífico —quien con valentía marcó el inicio de un nuevo mundo— y quien de alguna manera representa el espíritu de todos aquellos quienes en la actualidad queremos y soñamos con un mundo mejor.
Eso no es todo, fue el primer líder social brutalmente humillado y asesinado por la fuerza pública de la época direccionada por un gobierno opresor el cual no quería que el pueblo fuera superior a él, nada diferente a lo que hoy 2019 años después, pero quizás con mayor violencia, ensañamiento y crueldad se puede observar en esta nación.. Muy seguramente de vivir Jesús de Nazaret en esta desigual época, el actual gobierno de los colombianos ya lo hubiese censurado y tildado de guerrillero, vándalo, revoltoso y colaborador de Petro.
él tuvo