El lunes 19 de noviembre del 2018 el entonces presidente del Congreso, Ernesto Macías, programó una plenaria en el Congreso. Según Roy Barreras lo que hizo “el bachiller” fue sabotear la presentación que tenía en el Museo del Chicó.
Es que ese día, a las 6 de la tarde, haciendo un stand up comedy, el senador presentó su libro, El culo de Antanas. A la cita no llegaron sus amigos congresistas, pero s invitados como la ex alcaldesa de Bogotá de entonces, Clara López, el exconcejal y director del Sena de entonces Alfonso Prada, el exfiscal Alfonso Gómez Méndez y hasta el hijo de su faro político, Martín Santos.
La presentación la organizó Editorial Planeta y sin falsa modestia y derrochando conocimiento histórico, con el humorista Guillermo Diaz Salamanca imitando los personajes con los que el elocuente Roy Barreras se estrenó como actor de teatro tal como se ve en este video.
Aunque intenta ser autocritico al final con sátira e ironía Roy busca acabar a sus colegas políticos, todos los títeres son decapitados. Aprovechó el escenario para reconocer en público sus influencias que, si se meten en una licuadora Fernando Vallejo, José Maria Vargas Vila y Daniel Samper Ospina, saldría una malteada con sabor a Roy, entre ácida y picante.
Los suyo fue un ensayo crítico y satírico que apunta a la desmitificación de héroes de la patria como Antonio Nariño, dando una lectura propia con intención de irreverencia del rol de estos en la historia. Se mete por ejemplo con Nariño, representado por Díaz Salamanca, y lo presenta como un personaje que, a pesar de ser el precursor de los Derechos Humanos en el país, estuvo preso por peculado, mientras era tesorero de Santa Fe de donde se llevó todo el oro que pudo.
Corrupto también fue, a pesar de todo su prestigio, de que restauró un país en ruinas, después de la guerra de los Mil Días, llenó cuatro recuas de mulas con lingotes de oro, anduvo con ellas hasta Barranquilla y de ahí tomó un barco platanero en donde se llevó todo el erario público.
Se metió también con sus contemporáneos, políticos rivales a quienes puso en la picota. El humorista Guillermo Díaz Salamanca imitaba sus voces. Aprovechó así para descabezar a María Fernanda Cabal caracterizada como la santa del uribismo, porque tuvo la capacidad de resucitar a la URSS; y los hijos de Uribe también los puso en la picota, acabó con lo que pudo y con cuanto símbolo sagrado para los senadores, su sueldo, su jornada laboral inexistente, su pereza y modorra, sin anticipar tal vez, que cuatro años después estaría el entronizándose como el rey de ese circo llamado Congreso del que el tanto se burló.
El epílogo del libro lo escribió Antanas Mockus y pensaba contar con él para varias presentaciones, pero al final no se logró. El fragor de la política y un tibio recibimiento del público hicieron que el stand up, apenas se presentara en ocho oportunidades a pesar de haber sido una buena oportunidad para la política colombiana tan carente de gracia y autocrítica.