Es en el área de la desembocadura del río Orteguaza, en el río Caquetá, en el municipio de Solano, donde también se encuentra Chiribiquete, patrimonio mito de la humanidad. Es el territorio que corresponde al Escudo Guyanés. Es ahí donde sucede un hermoso proceso de conservación de tortugas charapas que se encuentran en peligro crítico de extinción (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza-IUCN).
Desde hace más de 14 años el concejal Arcesio Albino, en la vereda Potreros, notó que las tortugas charapas cada vez eran menos. Observó que los cambios naturales y aligerados por el cambio climático hacen que los huevos de tortugas charapa se deterioren después de permanecer cubiertos por el agua por varios días y se mueren. Por ello, el concejal recoge desde el mes de noviembre los huevos que las tortugas ponen en la playa del río Orteguaza justo antes de entregar sus aguas al majestuoso río Caquetá.
Después de recolectados los huevos, los coloca en un sitio con arena para que los huevos cumplan su ciclo antes de nacer una nueva tortuga. Cuando las pequeñas son llevadas a una piscina de tortugas bebés, las otras se se quedan ahí hasta que cumplan seis meses y tengan el tamaño óptimo y la fortaleza para ser liberadas.
Justo antes de la liberación el concejal da un cátedra de educación y cultura ambiental a jóvenes, niños y todas las personas que deciden acompañar el evento. La recompensa que recibe son los aplausos de quienes le acompañan el día de la liberación de las tortugas y también las coplas, canciones de los niños alegres, felices y sonrientes se las ofrecen.