En recientes días, nos enteramos por medios de comunicación locales que dos diplomáticos rusos fueron expulsados del territorio nacional por “espionaje”. Lo primero a observar es que fue la revista dirigida por Vicky Davila quien le informó al país de ello y no la Presidencia/Cancillería de la República. Este primer hecho llama la atención poderosamente, ya que pareciera que este medio usurpó las labores de “Archivaldo”, quien es el asesor de prensa del presentador/presidente Iván Duque.
Ahora bien, detengámonos a revisar un poco el contenido de la noticia a la que Semana tomó como un boom. En el artículo ¿Cómo operaban los espías rusos en Colombia? Tenemos mapas, videos y fotografías exclusivas [1] establecen que los "espías" rusos hacían parte del GRU (Servicio de Inteligencia Militar, según aquel medio de comunicación), cuando GRU significa Главное Разведывательное Управление, Departamento Central de Inteligencia en español. Lo anterior causa curiosidad porque el encargado de realizar labores de inteligencia exterior en Rusia es el Служба Внешней Разведки, abreviado como CBP.
Pero superemos las imprecisiones idiomáticas. Semana afirmó que los “espías” rusos lo son porque estaban reuniendo información sobre la infraestructura y tecnología nacional. Sobre lo anterior, basta con leer los atinados comentarios a los artículos de la revista para concluir la falta de cercanía a la verdad que denota esta noticia. ¿Recolectando información de la infraestructura del país? En Rusia construyeron el puente más grande de Europa, el Крымский мост (Puente de Crimea), con una longitud de 19 kilómetros en 3 años, ¿qué venían a espiar los rusos?, ¿cómo los colombianos hicieron el puente de Chirajara? Seguro que no. ¿Quizás venían a recolectar información privilegiada sobre la construcción del metro de Bogotá? Pero si ellos construyeron el metro de San Petersburgo en 1955, una ciudad hecha en pantanos y con cercanía al mar con mayores inestabilidades geológicas que la Atenas suramericana.
Ahora bien, apunta el medio de comunicación en su delirante artículo “Me ofreció trabajo en el Kremlin”: colombiano que conoció a uno de los espías rusos” [2] que a “Esteban” el ciudadano ruso le ofreció trabajo en el mismísimo Kremlin —obviando la última reforma constitucional rusa, la cual indica que quienes trabajan en cargos estatales rusos deben tener tal nacionalidad— y que el “espía” gustaba de hablar de temas como gas y petróleo, con la intención de hacer negocios en Colombia.
De lo anterior, Semana, Esteban y la inteligencia colombiana concluyeron que se estaba haciendo un plan de espionaje supersofisticado, ¿pero no tiene Colombia en Moscú una sede de Proexport?, ¿qué hacen en esa oficina?, ¿vender buñuelos, tamales y natilla o tratar de mejorar las perspectivas de negocios nacionales en aquel país? Además, hay un punto que la “inteligencia” de Semana y sus contactos obviaron, la Federación Rusa tiene acreditada en el país la Cámara de Comercio Colombo-Rusa [3], ¿no sería más bien que los diplomáticos expulsados se encontraban en labores de perspectivas de negocios en razón de aquella entidad?
Avancemos un poco, el delirante plan de espionaje, según Semana, era tener una posición privilegiada al contratar negocios de petróleo y gas porque según “Esteban” con el conflicto en Ucrania, Rusia no tiene a quién vendérselo, entonces Colombia es el cliente que los va a sacar de prisas. Revisemos un poco con datos duros el rigor de la revista Semana.
En la actualidad, Estados Unidos despliega no pocas actividades para tratar de detener el gasoducto Nord Stream II, el cual transporta gas de Rusia a Alemania vía mar Báltico, lo anterior se debe a que los norteamericanos, si bien tecnológicamente tienen la capacidad de proveer de gas a Europa, esto se realizaría mediante gas licuado, más costoso y menos eficiente por lo que Rusia tendría una posición dominante en el mercado energético europeo. Con lo anterior, ¿parece que el plan de espionaje ruso es venderle gas licuado a Colombia?, ¿más costoso?, ¿necesario en este país?, ¿tiene eso alguna lógica?
Continuemos analizando la cobertura periodística de Semana. En el más risible de los artículos Esta fue la respuesta de la Embajada de Rusia sobre el escándalo de espionaje en Colombia [4] —texto que, por como se llama, debería contener las declaraciones, posturas y observaciones de la delegación rusa en Colombia acerca de este delicadísimo tema—, Semana informa que la declaración es que no se darán declaraciones y lo repiten 4 veces: que la señorita María Sereda —jefe de comunicaciones de la Embajada Rusa—, quien repitió hasta el cansancio que no, no se va a pronunciar al respecto, a pesar de que el hábil y acosador periodista insiste e insiste. Frente a esto, el lector debe preguntarse, ¿vale la pena pagar una suscripción para tener artículos en los que un hombre no entiende que no es no?
Finalicemos, Semana publica su más reciente joya ¿Qué es RT, el medio de comunicación del gobierno ruso? [5]. Allí empiezan con sus pifias idiomáticas: “RT o Rusia Today es un canal de televisión por cable”... bastaba con mirar Wikipedia para que el escritor pusiera que RT es Russia Today, ya que está traducido del inglés. Pero sigamos exponiendo la mediocridad de los alumnos de Vicky, el artículo señala a los rusos como: “(…) Son muy hábiles en generar contenido viral que aparenta ser noticioso, pero siempre con intenciones políticas para manipular la opinión pública(…)”. Ante eso, nos debemos preguntar, si quisiéramos abordar a los medios masivos de comunicación colombianos con esta definición, ¿no entrarían perfectamente allí? Bueno, quizás les falta habilidad, rigor y capacidad de análisis, pero de todo lo que se ha señalado anteriormente, ¿no busca Semana manipular a la opinión pública?, ¿no le falta presentar una prueba que evidencie un espionaje real que buscara socavar la seguridad nacional?, ¿cuál es la intención política de la revista Semana?
De todo lo anterior, hay que extraer una conclusión, dado que el gobierno nacional manejó precariamente el tema de las elecciones en los Estados Unidos, ya que dejó en la niebla la cercanía del presentador/presidente Iván Duque con Trump y, ante la falta de comunicación oficial entre la nueva administración Biden con Colombia, pareciera que hay un intento desesperado para llamar la atención al izar la bandera de la rusofobia. Recordemos, Biden odia a Rusia y la ve como el mayor enemigo de los Estados Unidos y para ello, visto que “Archivaldo” ha demostrado ser bastante malito en su labor, la campeona del uribismo periodístico Vicky Dávila acude al rescate de un gobierno que va a tener que afrontar que los Estados Unidos está negociando con Venezuela una estabilización del conflicto que tienen.
Posdata. Los medios occidentales no cesan de aseverar que la intención de Rusia es la de expandirse, sin embargo, ¿no fue la OTAN quien se expandió militarmente a puertas de aquel país?, ¿por qué tanta contundencia al señalar los avances políticos y económicos de ese país en Latinoamérica y por qué tanto silencio en los avances de la mayor alianza militar de la historia sobre las fronteras de la Federación Rusa?
[1] ¿Cómo operaban los espías rusos en Colombia? Tenemos mapas, videos y fotografías exclusivas
[2] “Me ofreció trabajo en el Kremlin”: colombiano que conoció a uno de los espías rusos/
[3] Cámara de Comercio Colombo Rusa - Quiénes somos[4] Esta fue la respuesta de la Embajada de Rusia sobre el escándalo de espionaje en Colombia
[5]¿Qué es RT, el medio de comunicación del gobierno ruso?