Debido a la proximidad del momento clave que se avecina quisiera referirme a un tema del cual me considero un poco lego, aunque no incapaz para comprender muchos de los principios sobre los cuales aquellos que se creen expertos, cuando en realidad están actuando como simples vasallos, por más títulos, doctorados y maestrías tengan, vienen manejando de manera procaz, sagaz e irresponsable, utilizando el supuesto conocimiento, en lenguaje especializado, al respecto de la economía y de los asuntos financieros; buscando crear una suficiente confusión, para con ella proteger el statu quo imperante, y así mantener inamovibles las estructuras sociales dentro de una sociedad o de un país.
La primera mención tiene que ver con el factor concreto que postula que si se les cobra un poco más de impuestos a los más ricos, estos terminarán llevándose sus fortunas hacia paraísos fiscales, o hacia lugares más laxos con la imposición tributaria sobre los capitales, sin mencionar en esta teoría que aquellos personajes, clanes o familias, seguirán manteniéndose como los dueños o propietarios de las empresas, industrias o corporaciones que controlan, dirigen y administran, y que por más que se vayan a vivir en el extranjero, las mantendrán en su poder, lo cual les posibilita, facilita y garantiza recibir los inmensos recursos financieros de los que hacen gala y acumulan.
Pues en el asunto no se está contemplando, mencionando ni asegurando que se les expropiará, aunque en un momento dado de la historia conocida se pueda constatar y comprobar que fueron beneficiarios de políticas de privatización de las empresas públicas y de la explotación de los recursos naturales, promovidas por ellos mismos a través de manejos corruptos y oscuros tecnicismos, como las herramientas para lograrlo, y que, por ser dueños del capital, en esos precisos momentos pudieron fácilmente comprarlas, por lo tanto han estado y seguirán usufructuando sus ingentes rendimientos.
Siendo estos parte de los recursos que les generan las inmensas fortunas de las que orgullosamente se precian tener, manipulando a la vez los gobernantes de los gobiernos que les ayudan a la exoneración de impuestos, fascinándoles luego exhibirse en las revistas especializadas en la alta sociedad, y en las tablas clasificatorias sobre las personas más ricas de la Tierra, sin jamás tomar en consideración los efectos sociales, políticos, culturales y ambEientales que esa acumulación de riqueza ocasiona sobre el planeta, las personas desfavorecidas, las sociedades y sobre las economías de los países donde residen.
Alrededor de esta problemática se concentran todos los demás inconvenientes que produce la acumulación de la riqueza local, regional y mundial en pocas manos, patrocinada, promocionada y expandida por las afirmaciones, estudios, teorías, modelos y sistemas que promueven sobre este estilo de vida esos expertos sobre un planeta que requiere y necesita urgentemente repartir mejor los recursos, para poder encontrar una armonía general entre las personas y las demás especies, y con ello garantizar una existencia más justa, pacífica y prolongada.