Yo no sé hasta cuándo nos estarán echando el mismo cuento chimbo, pero lo cierto es que la actual situación sobre los bajos niveles del calado al canal de acceso a la zona portuaria de Barranquilla nos tiene indignados, porque nos están viendo la cara, pero sobre todo se están perdiendo nuestros recursos, sí, el suyo y el mío.
Lo que digo no es invento, o si no miren el fracaso de la actual draga Taccola, que no dio chicle y que fue contratada para un dragado de 461.195 metros cúbicos de sedimentos por un valor de 15.000 millones de pesos (que al sol de hoy no ha dado frutos).
Cabe recordar que desde el pasado julio hasta la fecha, se han perdido más de 9 millones de dólares por conceptos relacionados con el dragado, según Asoportuaia.
Lo último que se supo sobre el tema al cierre de esta columna es que la Procuraduría pidió garantizar los trabajos de dragado a las entidades encargadas debido a que la actual estará solo hasta el próximo 31 de agosto, pero que en la actualidad no está funcionando.
Por lo anterior, el ente de control solicitó a la ANI, a Cormagdalena, al Distrito de Barranquilla, a Findeter y a los ministerios de Hacienda y de Transporte adelantar acciones que busquen mantener la actividad permanente del dragado.
Hay que recordar que aún ninguna empresa tiene la concesión de los trabajos en esta zona del río Magdalena, y Findeter junto con Cormagdalena acaban de abrir una convocatoria para concesionarlo.
Es imperativo solucionar este asunto, que ha venido empeorando debido a la incompetencia de las autoridades locales y nacionales, pues no se han puesto de acuerdo, por ejemplo, ni siquiera para sacar adelante una solución a corto plazo como lo es el puerto de aguas profundas.