El guerrillero Walter Mendoza fue el brazo armado de Pablo Catatumbo en la cordillera occidental en los últimos años de la guerra de Álvaro Uribe. Un comandante muy formado que conoce Colombia como la palma de la mano, que libró duros combates pero que finalmente le apostó a la paz de Juan Manuel Santos en el 2016. Sin embargo siempre, hasta el día en que estaba entregándole su fusil en La Elvira, en el Cauca, a los delegados de la ONU y la OEA, siempre se mostró escéptico. Por esto no resultó extraño verlo junto a Ivan Marquez y Jesus Santrich integrando la disidencia de las Farc que bautizaron como Nueva Marquetalia.
Estaba preparado para volver a la guerra si se enturbiaban las condiciones para rehacer su vida sin armas, como lo intentó en Popayán en un proyecto, que con el apoyo del alcalde, buscaba darle una vivienda digna a mutilados de la guerra y guerrilleros mayores que le habían entregado los mejores años de vida a la lucha armada. Pero las cosas no salieron, e incluso una vez terminó detenido en un reten cuando se desplazaba en el Cauca impulsando proyectos productivos para la sustitución de la coca.
Walter Mendoza, un guerrillero curtido con 35 años en las Farc que se convirtió en la mano derecha de Pablo Catatumbo en el Bloque Occidental, desde donde hicieron la resistencia al envión militar del gobierno Uribe y luego se prepararon para la paz incluso después de haber visto caer al comandante Alfonso Cano, quien operaba con ellos en esta región del país. Fue quien se quedó con los hombres de Catatumbo cuando este partió como negociador en La Habana y mantuvo la tropa hasta la entrega de las armas a las Naciones Unidas.
En el campamento de La Elvira, en las montañas del Cauca, antes de la desmovilización, hablaba sin tapujos con un realismo apabullante. Además de su historia desde su ingreso en los Llanos Orientales hasta la supervivencia en los duros años de la Seguridad Democrática se refería con desparpajo al camino que tenían por delante y la transición a la política, una ruta que veía con incertidumbre, escepticismo y sobre todo desconfianza. " Si nos toca seguir en la lucha armada, bueno, seguimos", llegó a decir.
Este fragmento forma parte de una entrevista larga, un testimonio grabado en junio del 2016, muestra el talante de quien ahora liderará las negociaciones de la Segunda Marquetalia con el Comisionado de paz Danilo Rueda, en representación del gobierno Petro. La conversación del comandante guerrillero con la periodista María Elvira Bonilla se dio en medio del escozor del primer cese bilateral al fuego y las hostilidades, que marcaba la recta final hacia la firma de la paz, sin que aún se supiera se iban a cumplir con las condiciones pactadas.
Desconfiado con las garantías que ofrecía el gobierno Santos para los desmovilizados, Walter Mendoza decidió regresar a la guerra y conformar desde un comienzo la Segunda Marquetalia al lado de Ivan Marquez y Jesús Santrich quienes habían sido sus compañeros en la guerra y luego en las negociaciones de La Habana, donde estuvo breve, como siempre decía lo suyo era el monte o en su defecto el campo.
Aunque la Segunda Marquetalia nació en la frontera con Venezuela, el comandante Walter pronto se desplazó al suroccidente colombiano que ha caminado metro a metro. Desde allí reorganizó el grupo de disidentes de las Farc para que entraran a la negociación de la Paz Total como lo ha anunciaron en un video y un mensaje al país.
La Segunda Marquetalia salió a la luz pública con un discurso grandilocuente de Ivan Marquez el 29 de agosto del 2019, en un video difundido por los medios colombianos. El comandante guerrillero llevaba un año con paradero desconocido hasta su reaparición en Venezuela, acompañado de Jesús Santrich, sobre quien pesaba una orden de extradición de los Estados Unidos por haber recibido en su casa en Modelia, Bogotá, a uno de los emisarios del Cartel de Sinaloa, el Paisa, Romaña y el propio Walter Mendoza, uno de los dos sobrevivientes, junto con Márquez, de esta disidencia.
Las condiciones de salud de Ivan Marquez son una incógnita. En agosto del año pasado sobrevivió a lo que parece ser fue un atentado sobre el que no hay muchos detalles y en el que han circulado muchas versiones. Pasó largas semanas recuperándose del ataque en el que, según la Revista Semana, quien fue la que presentó la exclusiva, habría perdido tres dedos de su mano derecha. La recuperación fue en un hospital en Caracas.
Pero lo cierto es que después de haber visto caer a tres comandantes de su cúpula y la propuesta de paz total, Walter Mendoza tiene su cuarto de hora para sacar adelante esta negociación.
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