El cuarteto de cuerdas es la máxima expresión de la música de cámara, según la opinión de muchos expertos. Está conformado por dos violines, viola y violonchelo. En el caso de los violines, estos instrumentos tienen la posibilidad dentro del grupo de los sonidos mas agudos. Las partituras indican notas diferentes para el violín primero - que es el director del grupo-', y para el violín segundo, sin que esto signifique que el uno o el otro sean mejores instrumentistas. Algunos cuartetos acostumbran rotar esa posición con frecuencia. Además la calidad de los músicos, entendida como técnica interpretativa,debe ser homogénea para que el resultado sea bueno. Cito la frase que podría resumir la idea " un cuarteto de cuerdas es una conversación civilizada entre cuatro personas sobre temas interesantes y todos deberían dialogar en igualdad de condiciones".
Ha sido tradición en el festival de Cartagena invitar cada año a un cuarteto de cuerdas, para los conciertos de música de cámara. Este año el grupo invitado es el cuarteto Borodin de Rusia, de altísima calificación en el nivel internacional. Conformado por los violinistas Ruben Aharonian, Sergei Lomovsky, Igor Naidin (viola) y Vladimir Balshim (violonchelo). Su fecha de fundación es anterior a la muerte de Stalin, a cuyo funeral debieron acudir. El mismo día había fallecido otro ruso famoso, pero no tanto, de cuyo deceso nadie se percató. nada menos que Sergei Prokofiev el compositor de Pedro y el lobo que se escuchó hace unas noches en el festival. Casi sobra anotar que ha existido relevo generacional a través de los años en los integrantes.
Maestría, es la palabra que se me ocurre para reseñar la actuación del cuarteto. Una crítica que no tiene que ver con la calidad: Incluyeron solo un movimiento del cuarteto No. 1 de Tchaicovski y a muchos nos dejaron empezados, como se estila en el lenguaje informal. La porción básica del menú musical bien escogida. Iniciaron con el No 2 de Alexander Borodin (1833-87) que consta de cuatro movimientos, el tercero de los cuales debió gustar a los caleños oyentes de la emisora de la fundación Carvajal, pues es su tema de despedida a la medianoche, lo que hace honor a ese "andante" bautizado como nocturno.
Posteriormente repitieron la obra con la que habían deleitado al público cartagenero en la plaza San Pedro , la noche anterior. El cuartetoNo. 1 de Shostakovich (1906-75) terminado en 1938, siete años antes de la fundación del cuarteto Borodin. Por supuesto mucha mas apta la capilla del Santa Clara en la que se realizó el concierto objeto de esta reseña , que la plaza pública. Aquí, vale la pena resaltar el respeto y atención del público que asistenj masivamente a los conciertos populares nocturnos. Una buena forma de mezclar cultura a todos los niveles, sin aspaviento y con transmisiones de TV a toda la nación.
Si algo pudiera destacarse además de la coordinación sonora y rítmica, la exactitud de la afinación y la sensibilidad interpretativa es su presencia en la escena. Elegantes, casi solemnes, quizás por el respeto a la música que sale fluidamente de sus instrumentos italianos. Ese respeto no se manifiesta en insensibilidad expresiva como la de algunos grupos orientales. Al escribir esto no se han oído las notas del quinteto del mismo Shostakovich, en el que el pianista Babayan, deberá obligatoriamente bajar su intensidad sonora y actuar como complemento del cuarteto y no como solista en donde puede, a su amaño, utilizar todos los elementos de la escuela pianística rusa.
