La Ley 68 de 1935 autorizó en su artículo 5º la compra del terreno donde funciona hoy la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Con la posterior incorporación de las sedes Medellín, Palmira y Manizales y la creación de las sedes de frontera en Leticia, San Andrés, Arauca y Tumaco, la Universidad Nacional tiene hoy numerosas construcciones de interés cultural en sus distintos y diversos campus.
Los logros y objetivos tanto académicos como de investigación de la Universidad Nacional le imponen grandes retos; uno de ellos es el de poner sus campus a tono con los de las mejores universidades del mundo. Entonces, es necesario disponer de una infraestructura física y tecnológica de vanguardia, con espacios públicos y zonas confortables y amplias para el bienestar.
La comunidad universitaria reconoce hoy las dificultades por las que atraviesa la infraestructura de la Universidad y, por lo tanto, sabe que es inaplazable la puesta al día de sus edificaciones, para que en ellas se pueda desarrollar, en forma segura, confortable y con la mejor tecnología, sus actividades misionales. Esto exigirá cuantiosas inversiones en los próximos años.
El Acuerdo 175 de 2014 del Consejo Superior Universitario, mediante el cual se le autorizó a la dirección de la universidad un cupo de endeudamiento hasta por $200 mil millones, “para el desarrollo de proyectos de infraestructura física y dotación y de infraestructura tecnológica (estudios, diseños y obras) en todas las sedes de la Universidad Nacional de Colombia y para la construcción y dotación del Hospital Universitario fases 1 y 2", permitirá apalancar y emprender las obras prioritarias que la institución requiere, mediante la aplicación a un crédito de fomento de Findeter.
Ahora bien, los cupos de endeudamiento existen porque, en determinadas circunstancias, son necesarios para el desarrollo de la sociedad; y estos como muchas decisiones financieras son a la vez un riesgo y una oportunidad que permiten anticipar una inversión y deben ser entendidos como una herramienta de gestión financiera. Al analizar la posibilidad de tomar un crédito deben ponerse en consideración varios aspectos: el destino, el monto, las condiciones. Éstas últimas se refieren a plazo, tasa de interés, período de gracia y garantías. En el caso específico que nos ocupa, el de la Universidad Nacional, estamos aplicando a líneas de crédito de fomento creadas por el mismo Estado colombiano en las cuales las condiciones son subsidiadas en relación con el mercado financiero y con un período de gracia de dos años.
Por su sano y responsable comportamiento financiero la Universidad ha sido evaluada positivamente en los últimos años por las calificadoras de riesgo. En efecto, está calificada en el nivel más alto AAA; es decir, que según los especialistas, no constituye riesgo financiero para la banca prestarle a la Universidad Nacional de Colombia, una institución con cerca de 3.7 billones de activos y con cero endeudamiento.
La Universidad espera obtener los recursos de Findeter relacionados con la línea de redescuento con tasa compensada destinada al financiamiento de todas las inversiones relacionadas con la infraestructura para el desarrollo sostenible de las regiones, y uno de los sectores en los cuales se puede utilizar dicha línea es el de educación. Las instituciones de educación están acudiendo a esta línea de crédito y por tratarse de recursos limitados, el acceso oportuno es esencial. Este es el costo de oportunidad. Los recursos se destinarán a financiar inversiones relacionadas con el estudio y diseño, construcción, rehabilitación, mantenimiento, mejoramiento, ampliación, interventoría, equipos y bienes requeridos para el desarrollo de la operación de la Universidad.
Tomando en consideración las nuevas realidades financieras de la Universidad, sólo ahora, después de más de diez años de no asumir crédito alguno, y apoyados en el flujo real esperado de la “Estampilla pro Universidad Nacional de Colombia y demás universidades estatales” y con la certeza de lo realmente recaudado en el 2014, primer año de vigencia de la Ley de Estampilla, se toma la decisión de asumir un crédito de fomento de buenas condiciones para la Institución.
Nada más desacertado que asegurar que una deuda de este tipo representa un 20% del presupuesto anual de la Institución. Este crédito, si llegase a emplearse en su totalidad el cupo, ($200 mil millones), en cualquier caso está respaldado con los recursos de la Estampilla de la Universidad y, si se quiere comparar con el presupuesto de la Institución, debe hacerse con el presupuesto acumulado de 10 años, que es el plazo para pagar después del periodo de gracia. Así pues, incluso si la Universidad no aumentara su presupuesto en los próximos 12 años, el crédito de fomento representaría menos del 2% de dicha proyección.
La oportunidad, la urgencia y la capacidad de endeudamiento de la Universidad son argumentos irrefutables para atender ágilmente las necesidades actuales de infraestructura de la Institución.
IGNACIO MANTILLA
Rector
Universidad Nacional de Colombia
