El primer ídolo que tuvo en Millos Andrés Llinás fue Pedro Franco. Estamos hablando del 2011 cuando el rubio defensa tenía 14 años y veía con expectación el mundial sub 20 que se realizaba en Colombia. Adoraba al defensa Franco quien después pasó a ser de Millonarios y luego no dio lo que tenía que dar.
En ese entonces su papá siempre creyó que podría llegar al profesionalismo. Eso si en su familia, que creció en la zona del Antiguo Country en el norte de la capital, quería que al fútbol le sumara, por supuesto, los estudios. Andrés tuvo problemas para afianzarse en la titular de Millos, incluso le costó trabajo debutar. Sus entrenadores decían que no había comido el barro que necesitaba un futbolista profesional para ser una estrella.
Debutó a los 18 años en el 2015 y hoy con 25 es una de las estrellas del club embajador. Su físico contrasta con el de los futbolistas nacidos por estos lados y eso le ha traído críticas de una parte de la hinchada que no está dispuesto a perdonarle ciertos errores que comete en los partidos. En Millonarios hubo dos ídolos que venían de familia de plata, Germán Gutiérrez de Piñeres y Eduardo Pimentel.
Llinás está muy cerca de lograr los objetivos que cumplieron en la institución este par de monstruos, pero, por su bien, debería irse a un fútbol en donde ser blanco, rubio y con plata no sea una excusa para ser detestado en todas las canchas del país, incluido en la suya.