En Julio del 2002, el fútbol colombiano se paralizó por el fichaje de uno de los defensores que más prometía en la liga nacional, al todopoderoso Boca Juniors de Argentina. Arley Dinas pasaba de vestir la casaca azul y blanca de Millonarios, a colocarse la azul y oro del equipo xeneize, en el que ya se habían convertido en figuras futbolistas cafeteros como el Patrón Bermúdez o Oscar Cordoba.
2004. Arley Dinas mira a Marcelo Salas el día que Tolima visitó a River Plate en el Monumental. pic.twitter.com/SdHhCw5Akl
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Y es que era toda una hazaña para el jugador nacido en Caloto, Cauca, llegar al fútbol argentino y sobre todo al equipo que dirigía uno de los mejores técnicos del mundo, Oscar Washington Tabarez. Sin embargo, la llegada fue dura para Dinas, a quien de primerazo le dijeron que Tabarez no contaba con él, pero que entrenara por si llegaba a convencerlo con el tiempo. No fue así, y en 2003 lo echaron del plantel como a un perro.
La falta de minutos en Boca Juniors parecía un problema, pero al retornar al fútbol colombiano volvió a ser figura. Eso lo puso en el foco de la selección colombiana y fue en la Copa América del 2004 en Perú, cuando vistió la camiseta amarilla para defender al combinado nacional. Su objetivo parecía cumplirse: así no hubiese podido demostrar su valía en Boca, lo haría en la selección Colombia y la defendería a muerte.
Pues eso de defenderla a muerte fue algo demasiado literal, porque durante ese torneo el defensor sufrió una fuerte lesión. Su cartílago de la rodilla derecha se reventó y fue el declive total en su carrera deportiva. Un año después tuvo que retirarse, con 29 años y sin ningún apoyo por parte de sus antiguos compañeros, de ningún equipo en el que jugo, y de la federación colombiana de futbol.
"Le pido a la Federación que me ayude, no puedo casi caminar": Arley Dinas.
El ex jugador colombiano señaló que se encuentra sufriendo las secuelas de una lesión que sufrió cuando actuaba para la Selección Colombia.
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“El fútbol me trató muy mal cuando me lesioné” fueron sus declaraciones a Infobae Argentina. Y fue tanto el rencor que le cogió al deporte que lo dejó a un lado desde ese momento. No quiso volver a una cancha, ni tener nada que ver con el mundo del balompié. Hoy maneja una ladrillera en Cali, un proyecto en el que lleva dos años y que seguramente no será tan desagradecido con él, como lo fue el fútbol.