La cuarentena nos ha devuelto a lo básico. Hemos entendido que la salud y el sector agrario son ejes estructurales de una sociedad porque comida y salud son vida. Y más cuando los alimentos no procesados están siendo valorados por la gente. Es decir más atención del Estado y de los gobiernos al agro.
En cuanto a salud, definitivamente las ARL por un lado y las EPS privadas por otro, no pudieron y no quisieron a la red pública hospitalaria pagarle las deudas de antaño, con lo que ésta se encuentra en la quiebra y por no ofrecer respuesta oportuna muchas veces ni a sus usuarios, ni a sus cuerpos de salud, al dejarlos desprotegidos en materia de equipamiento y pagando los salarios tarde, justo en plena emergencia por la Covid. Eso sin contar que son unas de las empresas más desprestigiadas según encuestas.
En resumen, si los gobiernos fuesen más audaces y fortalecieran las entidades de salud estatales y las alejaran de la corrupción, se puede dejar de lado que la salud es un lujo y retornar a lo básico: la salud como derecho.
En lo relacionado a lo económico, los bancos con dineros del Estado, han sido una piedra en el zapato para los pequeños empresarios que son la fuerza productiva de la nación y que han buscado en estos entes apoyo para aliviar en parte la crisis que sufren.
De otro lado, en cuanto a los intermediarios, otro dolor de cabeza en la cadena, sobre todo en el sector agrario, la sociedad en este tiempo con diferentes ejemplos de relación directa productor - cliente final, ha demostrado que no son tan necesarios, sobre todo porque ellos son los protagonistas de la especulación con los precios de los alimentos.
En materia de hogar, también nos ha servido para asumir otros roles, valorar los “mal pagos” oficios, nos ha enseñado lo básico: colaborar.
De igual forma, los padres de familia, a través de su interacción 24/7 con sus hijos, pudieron regresar a lo básico, ser buenos padres, compartiendo y conociendo muy de cerca defectos y virtudes de sus retoños.
Igualmente, ha servido a muchos para mostrarse sin “maquillaje”, en un entorno primario en cuanto a vestimentas, es decir, retornamos a lo básico: ser nosotros mismos.
Finalmente y no menos importante con las nuevas dinámicas como el aislamiento inteligente, los distanciamientos sociales, entre otros procedimientos, cada uno de nosotros regresamos a algo básico que es el autocuidado, que estaba subvalorado y que esta pandemia lo revivió.
