De regreso a Colombia después de jugar 3 años en China y con una última temporada en donde no fue titular, Fredy Guarín entró a Millonarios con una serie de complicaciones por su estado físico y su falta de ritmo en la cancha. Decidido a continuar jugando en su país natal antes de retirarse del fútbol, Guarín de 34 años se bajó el sueldo con la ilusión de que sería, una vez más, un ídolo. No fue así, intentó bajar de peso con ejercicio pero su esfuerzo se vio opacado por protagonizar un bochornoso escándalo de violencia intrafamiliar en casa de sus padres el pasado 1 de abril. El video de un Guarín inestable, descompuesto y con la cabeza ensangrentada le dio la vuelta al mundo. No era más aquella estrella que triunfó en el Porto o Inter.
Como consecuencia se apartó de su equipo mientras se recuperaba emocionalmente del lamentable episodio. Hoy, después de 3 meses todo parece indicar que Guarín colgó los guayos. Su solución a su mal momento fue desaparecer de las redes sociales y escaparse de vacaciones a la Costa en compañía del portero Libis Arenas con quien es muy amigo desde que coincidieron en selecciones juveniles 2003-2005. Además, se le vio en la Guajira -Cabo de la Vela- disfrutando con su nueva pareja Pauleth Pastrana. Guarín volvió a ganar los kilos de más que con tanto esfuerzo bajó y su futuro en el Millonario es más incierto que nunca.
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