Es triste ver lo que está pasando con Miguel Bosé. Pensar que fue el ídolo de tanto cuarentón que compró en su momento esa obra maestra que es Bajo el signo de Caín. Hijo de Luis Miguel Dominguín, mítico torero amigo de Hemingway y de la actriz Lucía Bosé, se crió entre los artistas más importantes del Siglo XX. Fue un rebelde, andaba en faldas y era bailarín sin importarle la furia de su padre. Fue uno de los artífices de la movida madrileña que se sacudió de la estela conservadora, arcaica que impregnaron cinco décadas de franquismo.
Por eso siempre esperamos mucho de Bosé y por eso estamos tan tristes de ver que, a los 64 años, es un señor de ideas completamente erráticas. El Coronavirus lo puso en evidencia. A pesar de que su mamá Lucía Bosé murió de Coronavirus en abril a los 89 años, se ha convertido en un negacionista de la enfermedad. Sus trinos son confusos, y convocó a una marcha de más de 2.000 personas para protestar contra el uso de la mascarilla pero él, no fue.
En los últimos días sus mensajes en Instagram son confusos y, ahora, a pesar de haber sido uno de los más convencidos de las teorías de conspiración que habían rodeado la pandemia. Sin embargo parece que ya no piensa lo mismo, tal y como lo reveló él mismo en su cuenta de Instagram:
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