Acaba de llegar el virus a Colombia y el pánico es total. Es increíble que suceda en esto en un país en donde al año mueren 8.000 personas por dengue. Lo que pasa es que como eso está tan lejos no importan. Son chocoanos, negros, y no gente distinguida de Bogotá que es la que viaja al Milán y pueden contraer una enfermedad que no ha matado una sola persona en Latinoamérica.
Y entonces el tema que era el Ñeñe Hernández y su conversación en donde posiblemente implicaría al expresidente Uribe en una compra de votos, acaba de morir, los medios regarán el pánico por todo el país. Qué de buenas Uribe y que oportuno para él, ya lo habría predicho Victor Mallarino el pasado miércoles:
El tema se tomará redes sociales, desatará la histeria en tansmilenios, trenes, metro, aviones. Las calles quedarán vacías y habrá rumor de apocalipsis. Mientras tanto Uribe se irá, como el gran abuelo que es, con sus nietos, en la tranquilidad de su finca en Rionegro, lejos de virus e investigaciones. Si, no podría llegar en mejor momento la noticia más temida. Igual ojalá los estudiantes tengan memoria y coraje y no le coman a los medios de comunicación y salgan a la calle a pedir justicia, porque, más que preocuparnos por un virus que no mata a nadie, tengamos miedo al silencio y olvido en el que caen las investigaciones de los poderosos en este país.