En medio de la euforia por el triunfo cantado de Dilian Francisca Toro como nueva gobernadora del Valle, que llevó a que muchos medios y analistas la confirmaran como la ‘baronesa electoral' del departamento, pocos se detuvieron a analizar la estruendosa derrota que sufrió la política en el corazón del Valle.
Tuluá, la cuarta ciudad de la región, se convirtió en el único municipio de más de 100 mil habitantes donde sus gentes salieron a expresarse en su contra, sacando solo 14.933 votos contra los 32.506 que depositaron por Christian Garcés. Como si fuera poco, su candidata, que cuatro meses antes se daba como alcaldesa segura también fue derrotada, alcanzando solo 15.186 votos, ubicándose en el tercer lugar, muy lejos del ganador que llegó casi a los 30 mil.
Este revés es mucho más significativo si se tiene en cuenta que el actual alcalde, José Germán ‘Chepe’ Gómez, era su ficha en la ciudad, y que durante el periodo prelectoral visitó en innumerables ocasiones el municipio, afirmando que haría lo que tuviera que hacer para no perder este fortín político.
Varios factores contribuyeron a la debacle. En primer lugar, el hastío de los tulueños con una clase dirigente que perciben como inepta y corrupta; dos, la quiebra del hospital Tomás Uribe Uribe y la información que dio a conocer a través de los medios el abogado Gustavo Prado, donde le achacaba parte de la responsabilidad a Dilian; tres, la fatiga de los empleados del hospital Rubén Cruz Vélez, manejado por concejales cercanos a ella, de quienes se rumora exigen cuotas económicas a los empleados; cuatro, la ruptura con su otrora amigo el representante Rafael Eduardo Palau, y por último, el crecimiento de otros políticos en el centro y norte del Valle.
Si bien la percepción de que es una politiquera cuestionada con un pasado no muy claro peso en toda la comarca, en Tuluá sus adversarios supieron capitalizar esta debilidad, al tiempo que explotaron unas condiciones similares en su candidata a la alcaldía, lo cual, sumado a la crisis de la salud, inclinaron la balanza.
Sin embargo, los factores determinantes en su derrota pasan por quienes se encontraban en la otra orilla, que de manera abierta o soterrada impulsaron la votación hacia Garcés como un voto castigo a lo que ella representa. Gustavo Vélez Román, el alcalde electo de Tuluá, venía con un capital de 28 mil votos alcanzados en el 2011; Palau sacó en su aspiración a la Cámara 8.071 votos en Tuluá, y a ellos se sumó el cada vez más fuerte Luis Fernando Velasco, quien en las elecciones pasadas puso 2.354 votos en la ciudad.
Palau es un hombre con raíces en la ‘Villa de Céspedes’, donde además tiene estructura política y burocrática que lo convierten en un jugador importante. Llama la atención el caso del presidente del Congreso. ‘Chuspas’, como es conocido el senador payanes, pasó de sacar 53 votos en las elecciones del 2010 a 665 en el 2014, y en estos comicios sus amigos sumaron 2.354 votos logrando la elección de dos concejales, Oscar Oswaldo Gómez y Mauricio Arbeláez.
El político caucano empezó a pisar fuerte los terrenos vallecaucanos de la mano de la Corporación Alianza Social, CAS, al punto que esa misma estructura local lo llevó a crecer en otro de los poblados grandes, Cartago, donde el resultado electoral también es importante: en esa población en el 2010 había obtenido cinco votos, 19 en 2014, y en esta ocasión subió 820.
La ecuación se repite en varios municipios del centro y norte del Valle, con un crecimiento importante que el Senador conoce. Por ello no descuida su nuevo electorado al punto que antes de la elección de autoridades locales estuvo en Tuluá impulsando su candidato a la Asamblea, con un mensaje y destinatario claro, “no podemos ser espectadores a la suerte, por ejemplo, del hospital Tomas Uribe…invito para que en lo local se la jueguen por el cambio”.
Los resultados arriba señalados dejan entrever que, por lo menos en esta localidad, caló fuerte el discurso, y que nuevas fuerzas empiezan a alinearse ganando cada vez mayor terreno, en una corriente que se puede convertir en espiral, pues en Buga, la quinta ciudad, también la ‘baronesa’ perdió la alcaldía con su candidato Francined Cano.