Los días 26 y 27 de marzo de este año se realizó el I Congreso Nacional del partido político DIGNIDAD –se escribe todo en mayúsculas–, con la convocatoria de cerca de 700 delegados, entre ellos, 500 plenos elegidos democráticamente, que representan a todos los sectores sociales, poblacionales y geográficos de la Nación. DIGNIDAD hizo su Congreso Fundacional el 28 de octubre de 2020, por lo cual en esta ocasión, con algunas reformas deliberadas en las Comisiones de Delegados, se ratificaron su Programa y sus Estatutos y se dotó a la organización de una táctica con vista a los próximos comicios electorales. DIGNIDAD es producto de la escisión de casi el cuarenta por ciento de los afiliados del Polo Democrático Alternativo, pero con un inmenso aporte de productores del campo y la ciudad, empresarios, profesionales, intelectuales, trabajadores, campesinos, artesanos, estudiantes, amas de casa y desempleados, que hoy se constituyen en la reserva moral de Colombia en la lucha por su transformación. Es por eso que el Consejo Nacional Electoral, actuando en consecuencia con la Ley, pero además con el desarrollo del principio de democracia, debe proceder a darle el reconocimiento a su personería jurídica.
El Congreso de la Esperanza, que es lo que representa DIGNIDAD, tuvo varios momentos realmente emotivos, como el discurso de despedida de la presidencia de Leonidas Gómez, exsenador y actual diputado de Santander, un exitoso empresario que desde hace muchos años le viene apostando al cambio del modelo económico neoliberal que por décadas viene arruinando a los productores nacionales. Resaltan importantes saludos de Antonio Navarro, Ángela María Robledo, Sergio Fajardo, Juan Fernando Cristo, Iván Marulanda, Humberto de la Calle, Juan Manuel Galán, el representante John Arley Murillo presidente de Colombia Renaciente, los presidentes de los Comités Ejecutivos de las tres principales centrales obreras, de gremios de la producción y de organizaciones internacionales. Pero el primer día de sesiones, además del trabajo en tres comisiones, en donde se destaca la ampliación de la participación de la mujer hasta llevarla progresivamente al cincuenta por ciento en todas las instancias y la adopción de un protocolo que le garantice a las mujeres su seguridad y empoderamiento para esa participación, finalizó con la elección del nuevo Comité Ejecutivo Nacional y la designación como presidente de Juan Manuel Ospina, quien siendo de extracción conservadora, tiene una trayectoria de demócrata, además de académico, funcionario público, senador, integrante de la Comisión de Paz, secretario de gobierno de Bogotá durante toda la administración de Lucho Garzón, dirigente gremial y promotor de la cultura, del desarrollo del agro y la economía nacional, con profunda vocación de servicio y un gran recorrido nacional.
El momento crucial llegó el último día, cuando los delegados, con una votación unánime, proclamaron como candidato presidencial al hoy senador Jorge Enrique Robledo, quien en su discurso de aceptación reafirmó que se seguirá trabajando en la concreción del Acuerdo de la Esperanza, esa especie de tercería que necesitan los colombianos para salir del estado de polarización en que se encuentra el país, en donde quieren poner a la gente a escoger solo entre el uribismo o el petrismo. El Acuerdo de la Esperanza es una garantía para los colombianos porque tiene un programa diferente a los dos anteriores. ¡Hay esperanza en un nuevo amanecer!