Será necesario afirmar que la mayoría de colombianos estamos deseosos de alcanzar la paz; una realidad constatable, entre otras razones, para lograr que las nuevas generaciones gocen de lo que nosotros, nuestra generación, la anterior y la posterior no pudo conocer; y, además, porque la paz hace parte de una fundante cláusula constitucional.
Muchos intentos, todos con resultados apreciables, pues todos los momentos hacen parte de un solo Proceso, de una gestión estatal, que no de un producto apropiable por un Gobierno o postura gubernamental; pensar que la última gestión es la más importante, la más productiva y, por supuesto, la conclusiva, no deja de ser un argumento adanista[1], exagerado y, por lo menos, arrogante.
Los puntos pendulares entre la guerra y la paz, que han realizado los gobiernos, no son sino un momento de la saga del proceso que, sin la anterior, no sería posible; obvio, solo que lo evidente son las víctimas y los muertos que la guerra produce y, que son exhibidos –por lo menos los muertos- como la última victoria para conquistar la simpatía de la galería; minoría que aprieta la decisión gubernamental para que ella, lejos de ser reflexiva, se convierta en una cómoda arenga, pero que en nada apunta a los fines del Estado, es decir, al logro de la paz.
Y en La Habana prosiguen la negociación, la conversación o el proceso, sin respecto a lo acontecido en el país, lo que es posible o por lo menos deseable; no obstante, el sonido de la paz no llega a la sociedad, pues entre los ruidos de quienes no la desean y la postura, en veces autista, de las huestes de la contraparte, se tiene una visión de danza siniestra.
Desde luego que se habrá llegado a puntos de encuentro, en veces, en su contenido, reiteraciones constitucionales que, si no fuera por el hecho de ser puestos en documentos de avenencia, parecerían una propuesta que nada añade a lo que la norma manda; y, entonces la gente del común, se pregunta si el contenido de lo acordado, al momento, no es acaso lo mismo que dicen la ley o la Constitución, y entonces cuál el meollo de lo hecho en la Habana o, cuál la razón de la sinrazón de la violencia o, cuál la necesidad de la violencia que por esta forma se trata de acabar: alucinante. De la ilusión a la frustración el mismo día.
Un semi cese del fuego bilateral; sí, no nos llamemos a engaños, un semi cese del fuego, en donde aparentemente existen conatos[2] de actos de vulneración o, en verdad incumplimientos a lo acordado en este campo; y, hace parte de lo acordado, pues según los acuerdos especiales, ellos se establecen por decisión bilateral o, por mero compromiso de llevar a cabo un comportamiento o de dejar de realizarlo y, así, reforzar el umbral de protección que mantiene los Convenios de Ginebra o el llamado DIH. Sin embargo, no se sabe, nadie da razón, ni los operadores del diálogo; menos se ponen de acuerdo o, por lo menos, su posición es silente; grave.
En escena además, como si fuera poco, se anuncian y, de qué manera, asambleas constituyentes -tampoco se sabe a dónde va a llegar-, referendos que, desde luego, involucrarían al Congreso de la República y al votante en general –sin saber con lo que pueda pasar si la gente niega lo propuesto-, hasta ahora un congresito que, sin fórmula constitucional, hace presencia en las propuestas formales del gobierno. Nadie entiende, cuando el tema de mayor aliento y preocupación es la transición, sus mecanismos, sus alcances y, por supuesto, la justicia allí aplicable, los topes, umbrales, sujetos y objetos de ilustración. A ello nos dedicaremos.
[1] adanismo. (De Adán). 1. m. Hábito de comenzar una actividad cualquiera como si nadie la hubiera ejercitado anteriormente. (…) http://lema.rae.es/drae/?val=adanismo R. A. E. derechos reservados
[2] conato. (Del lat. conātus). 1. m. Inicio de una acción que se frustra antes de llegar a su término. 2. m. Propensión, tendencia, propósito. 3. m. Empeño y esfuerzo en la ejecución de algo. 4. m. Der. Acto y delito que se empezó y no llegó a consumarse. Conato de robo. http://lema.rae.es/drae/?val=conato R. A. E. derechos reservados