El 30 de julio de 2014 Pedro Orjuela Gómez, Representante por Arauca, tomó posesión como presidente de la Comisión Segunda de Cámara, luego de una agitada campaña política en la que recaudó 7.141 votos en su región, que le permitieron hacerse con la codiciada curul. Pero a pesar de haber alcanzado la segunda votación más alta en su suscripción, el Representante Orjuela –del partido liberal– estaba nervioso aquel día por cuenta de su propio pasado, que de ser desempolvado en vísperas de la posesión, frustraría no sólo la ceremonia de investidura sino todo su nuevo rol como honorable congresista.
El incómodo pasado que mortifica a Orjuela se remonta décadas atrás. Exactamente al 14 de septiembre de 1988, cuando el comandante de la patrulla de vigilancia de la Policía Nacional de Arauca reportó la detención de tres jóvenes capturados en flagrancia por hacer disparos al aire en la vía pública, con un revolver Smith Wesson, calibre 357, produciendo pánico y poniendo en peligro a la comunidad, uno de esos jóvenes capturados por la Policía: Pedro de Jesús Orjuela Gómez, quien portaba el arma.
Con la aprensión en flagrancia de Orjuela y compañía, la justicia abrió un proceso penal que se tomó varios años de indagatorias, recursos de defensores, acusaciones y demás diligencias judiciales. Al final se llegó a una determinación: a los otros dos procesados se les precluyó la investigación en 1993, mientras que contra Orjuela, entonces estudiante de derecho, se formuló resolución de acusación. Y tres años más tarde, el 7 de febrero de 1996, un juez de Arauca lo condenó por el delito de porte ilegal de armas de fuego a un año de cárcel.
En la Constitución Política de Colombia se lee:
Artículo 179. No podrán ser congresistas:
Quienes hayan sido condenados en cualquier época por sentencia judicial, a pena privativa de la libertad, excepto por delitos políticos o culposos.
Era esta inhabilidad la que mortificaba sin descanso a Orjuela desde que el escrutinio de los votos lo dio como nuevo Representante a la Cámara por Arauca, en 2014. De ahí que haya encomendado a sus abogados encontrar alguna fórmula para sepultar legalmente su antecedente penal, antes que el impedimento trasendiera a los medios de comunicación. Sus apoderados intentaron varias vías: alegaron en el Tribunal de Arauca que juzgado del circuito nunca había notificado de la sentencia a Orjuela, y cuando se trató de verificar en el mismo expediente si ello era así o no, las autoridades se encontraron con la sorpresa de que parte del añejo prontuario que reposaba en un archivo local, había desaparecido. Con este escenario Orjuela solicitó se revocara la sentencia penal que decía desconocer y que podría despojarlo de su investidura. Precisamente por su condición de congresista el Tribunal trasladó el caso a la Corte Suprema de Justicia, encargada de juzgar a los aforados.
El caso le correspondió al magistrado José Luis Barceló Camacho quien se dio a la tarea de hallar copias del extraviado expediente buscándolo ante el Inpec, el extinto Das y otras instancias judiciales. Y lo halló. En este no sólo aparece la firma y las huellas dactiloscópicas de Orjuela, sino también fotografías suyas aceptando la sentencia que le impuso la justicia, pena que además pagó en su momento con los beneficios que le otorgó la ley.
Basado en todos esos hallazgos el magistrado Barceló negó la impugnación contra la sentencia de 1996, que Orjuela pretendía tumbar 18 años después argumentando que no supo de la pena que sí purgó. Las2Orillas buscó insistentemente al representante Orjuela para conocer su opinión sobre las volteretas legales que ha intentado pero ni él ni sus asesores ofrecieron respuesta.
La decisión de la Corte Suprema de Justicia, sobre la que no procede ningún recurso, se produjo el 1 de septiembre de 2015, y sería el argumento esencial que tendría el Consejo de Estado para despojar a Orjuela de su investidura de inmediato. Pero la demanda que hay en ese sentido ante este tribunal desde el 10 de abril de 2014, semana a semana aparece en el orden del día de los asuntos a tratar, y, semana a semana –inexplicablemente– resulta relegado a pesar de que por ser un asunto de interés general debería resolverse en menos de un mes. Entre tanto Orjuela ya completa dos años como Congresista, ocupa la oficina 631B del Capitolio Nacional y formula proyectos de ley como el “Código de Ética y Disciplinario del Congreso”, como si nada.
El 9 de enero de 2014 Orjuela recibió el aval del jefe liberal y hoy Ministro del Interior Juan Fernando Cristo.
