El concejal bogotano Julián Espinosa, recordado por el lanzamiento un aplicativo web pensado para reportar robos llamado Choroalerta, ahora ha anunciado la necesidad de que Bogotá tenga su propio festival dedicado a los acordeones del caribe: Un Vallenato al Parque. Colombia es un país vallenato y el político lo sabe.
En su argumentación aclaró que ni Rock Al Parque, ni Hip Hop Al Parque, ni otros festivales al parque, entre los que en la misma línea se podría incluir a Salsa Al Parque, no son colombianos.
Es posible que este comentario venga del hecho de que tanto el rock, como el hip hop, como la salsa, son estadounidenses. Aunque vale la pena aclarar que, aunque la salsa se haya creado en New York, fue una invención de los músicos latinos –algunos colombianos– que habitaban el lugar.
“Es un proyecto que enaltece al folclor vallenato y tiene todas las manifestaciones hechas ante la UNESCO”, declaró el concejal, posiblemente recordando que este género musical fue declarado hace 9 años como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Además, aclaró que este proyecto no sólo está pensado para los bogotanos que aman el vallenato, sino para las 500.000 personas de la región caribe que están radicadas en Bogotá.
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¿Cuáles son los otros Festivales Al Parque?
El festival Rock Al Parque, creado en 1994 es el más famoso de estos eventos multitudinarios y ha presentado en su trayectoria figuras como Aterciopelados, Fito Páez, Charly García, Café Tacvba y otros referentes menos conocidos de otros géneros musicales, pero que sí tienen su público en su ciudad y han garantizado records de asistencia.
En la línea más tropical están Salsa Al Parque que ha presentado figuras como El Gran Combo de Puerto Rico, Willie Colón o La Sonora Ponceña y Colombia Al Parque, que fue creado para explorar las sonoridades de diversas regiones como el Pacífico, el Llano y el Caribe. Totó La Momposina, Petrona Martínez, Jorge Velosa o Herencia de Timbiquí, son algunas de las figuras que se han presentado allí.
También existió una iniciativa para inaugurar un Reggaetón Al Parque, que motivo muchos debates sobre si el contenido altisonante y –a veces– no apto para toda la familia, merecía tener un financiamiento estatal.
