El 20 de mayo de 2020 empezaron a revivir los rumores que pesaban sobre el coronel José Luis Esparza Guerrero, uno de los hombres que ideó la Operación Jaque por la que el ejército liberó en el 2008 en un rescate espectacular a Ingrid Betancourt y otros catorce secuestrados. Esparza, quien el año pasado era militar adjunto de Defensa ante el Reino de Bélgica, Ducado de Luxemburgo en la misión que encabezaba el general Ricardo Gómez Nieto, recibió la noticia de que un mensaje circulaba entre las fuerzas militares en su contra:
Los rumores llegaban justo cuando Esparza estaba a punto de ser ascendido a general y correspondía a una noticia de 2009 que hacía referencias a situaciones ocurridas en el 2006 y que en su debido momento fueron desvirtuadas en emisoras como la W Radio o la misma revista Semana. En una carta del 5 de agosto del 2020 dirigida al General Ricardo Gómez Nieto, su superior en Bélgica, el propio Esparza señala como el difusor de esa información al teniente coronel retirado Carlos Ocampo, quien trabajaba en Inteligencia militar y había creado el grupo de WhatsApp Policarpa Salavarrieta en donde estaban activos 106 miembros. En la carta, publicada por la Revista Semana, Esparza aclara que él no nació en Barrancabermeja, que su papá, aunque sí vive en ese puerto petrolero, no trabajó en Ecopetrol y mucho menos hizo parte del movimiento sindical. Además aclaró que él, lejos de ser simpatizante del ELN, había vivido los estragos que ha dejado a su paso este grupo guerrillero cuando en el 2003 un tío suyo, en un intento de secuestro por parte de esa guerrilla, fue asesinado. Además Esparza fue uno de los principales oficiales que persiguió con más ahínco a la organización hasta el punto que fue víctima de un plan de asesinato en su contra y, además, negó que hubiera sido un protegido del general Jorge Mejía, el militar más cercano a Juan Manuel Santos durante sus ultimos años en la presidencia.
Producto de los rumores, Esparza, quien sería el próximo de los oficiales que podría ser director de inteligencia, fue llamado a calificar servicios por el propio presidente Duque junto a otros tres oficiales. Duque firmó la orden el 10 de septiembre, justo cuando Esparza iba a ser ascendido a general del ejército. Estos anónimos llegaron a las más altas esferas. La información fue refutada por 50 oficiales de la más alta graduación que dejaron claro la honorabilidad de Esparza.
Con 48 años, arrancó en inteligencia antes de los 20 y se destacó por sus ideas vanguardistas y su originalidad e imaginación a la hora de montar un operativo como pasó con la Operación Jaque. Según contó El Espectador, Esparza dirigió toda la operación ese 2 de julio del 2008 dentro del helicóptero M-17 del ejército mientras avanzaba al corazón de la selva del Guaviare.
Como buen militar de inteligencia, José Luis Esparza ha sido un oficial que casi no deja rastro. Fue jefe de Memoria Histórica y de Contexto del Ejército, es de los raros oficiales que leen y reflexionan sobre historia, filosofía y literatura, además de tener una empatía particular con las víctimas del conflicto. El 9 de abril de 2018 aparece una noticia en los diarios colombianos en donde hablan de que el Senado invitó al coronel Esparza, quien reconoció que, aunque la fuerza pública también fue víctima del conflicto, cometieron varios errores y hasta citó a Simón Bolívar, algo que fue visto muy mal por parte de algunos miembros de las fuerzas armadas. En su papel de historiador y revisor de la memoria del ejército criticó el informe Basta Ya por considerarlo sesgado.
El retiro forzado del coronel Esparza dejó ver la importancia que puede tener esta información que circula entre los militares más radicales y que el presidente Iván Duque escucha con atención. Esparza parece ser más un sacrificado dentro de una pelea interna en las fuerzas militares que incluye dos alas políticas distintas y algunos problemas que se esconden en oficinas como las de inteligencia.
