Llegó el día más esperado en Colombia; 1 de septiembre, día de una “reapertura” que no es gradual, es “total con condiciones” donde a partir de hoy la responsabilidad individual será la regla de oro, pues el virus sigue infectando a la población, y no se ha ido ni se irá aún, y su “gradual mitigación” la hará únicamente una vacuna que no tiene fecha de llegada todavía. La economía del país ha quedado con una herida profunda: un decrecimiento del PIB en -15,7% para el segundo trimestre del 2020 (respecto del mismo periodo de 2019) y una tasa de desempleo del 20.2% según el último informe del DANE. ¿Y cuántas empresas cerradas? mejor no le pongamos número.
Casi seis meses después, podríamos hacer una lista un poco mas larga de los desafíos que la pandemia del COVID-19 ha traído a todos los sectores de desarrollo económico, pero esto apenas comienza. Es ahora que como ciudadanos debemos empezar a asumir los más grandes retos para lograr mejorar estas cifras, y es tarea de todos la reactivación de la economía con estrategias de dinamización, seguridad, continuidad responsable, confianza, fidelización y, por supuesto, todo ello en un marco reforzado de legalidad: un compliance de empresa.
El compliance de empresa de primera línea en tiempos de reapertura
La importancia del compliance en sí mismo, no es noticia. Estamos en un mundo que aún en crisis compite fuertemente en medio de las marcas, las patentes, los avances científicos, la tecnología, la innovación, la manufactura, las operaciones de exportación, y hoy por hoy los directivos de empresas saben y han aprendido que una infracción puede llegar a ser muy costosa.
Lo cierto es que la operación del sector privado y de las empresas en todos sus campos de acción no será la misma. Empleados, clientes y proveedores necesitan saber que sus jefes están manejando la incertidumbre con buenas decisiones y estrategias, como buenas guías hacia el camino de la recuperación. La tecnología, el trabajo a distancia, las nubes de información (el mínimo papel) y el afán por recuperar meses de trabajo llevará a los líderes a actuar con premura frente al manejo de clientes, proveedores y empleados sin estudiar efectos colaterales. Cuidado! Una multa en tiempos de crisis es mayor que la pérdida misma. Cuidado con una reinvención irresponsable, para abrir paso en medio de una crisis como la que enfrenta el mundo la confianza es esencial.
Un programa de Compliance y buenas prácticas desarrollado como un valor agregado estratégico puede suponer una solución a una reactivación responsable a corto plazo. No sólo puede atraer nuevos clientes a través de la confianza y la seguridad que se transmite en el primer contacto; sino que también puede la empresa obtener ventajas significativas frente sus competidores de primera escala y posicionarse con el “plus” de las buenas prácticas, las conductas éticas y de cumplimiento y llevar la reputación a otro nivel.
Los nuevos retos para las empresas mantenerse activas
Muchas empresas cerraron sus puertas para siempre, otras abren hoy con una nómina reducida y muchas deudas por pagar, otras seguirán operando a distancia -con sus empleados desde casa-. Pero con todas estas variables, se deben reforzar las tareas de la agenda estratégica de reapertura y reactivación. Algunas de estas son: El análisis y la identificación de los nuevos riesgos laborales a asumir y de las nuevas normas aplicables –incluidos los beneficios del gobierno-, la planificación de nuevos procedimientos –internos y externos- la redistribución de responsabilidades, la priorización de las obligaciones frente a terceros, la debida documentación de todas las acciones circunstanciales, entre otras.
Además de lo anterior, para asegurar nuevas formas operativas como el incremento del uso de plataformas tecnológicas, las empresas deben ser muy cuidadosas con las medidas de seguridad frente a posibles ciberataques y la protección de datos e información reservada.
Sin duda serán nuevos retos y muchos cambios los que surgen hoy para los empresarios, todo ello enmarcado en políticas de control que han hecho que el compliance sea hoy una necesidad y no una tendencia en proceso de expansión proveniente del derecho anglosajón, esta necesidad no es mas que la protección de las empresas ante situaciones excepcionales como la actual, que además de excepcional es una situación mundial sin precedentes, que obliga a trazar compromisos de valor para afrontar esta nueva realidad. Para todo lo anterior el máximo compromiso de una reapertura responsable es el de garantizar el cumplimiento de las normas y la salud de los trabajadores, es este el punto de partida, ello preparará el escenario para una recuperación económica de éxito.