El nuevo gerente de la Federación de Cafeteros Roberto Vélez se estrenó con una inusual solicitud de renuncia protocolaria a los vicepresidentes -como si se tratara de una entidad del sector público- y la revisión de los contratos de los asesores de la atención administrativa con la intención de cancelarlos para entronizar a un nuevo equipo de cuatro personas de su confianza. Marginó al equipo de primer nivel del comité directivo al que asistió solo con sus nuevos asesores, aun sin posesionar.
Después de mostrar el talante Vélez tomó un avión rumbo a Tokio para planear el regreso definitivo con su familia, donde estuvo como embajador durante los últimos dos años. Al interior de la Federación consideran que con el tiempo aterrizará al dirigente risaraldense que se inició en el sector público con el nombramiento como embajador en Malasia por su coterráneo César Gaviria.