Carlos Bernal Pulido renunció en 2020 a la Corte Constitucional, después de haber conseguido ser magistrado gracias al apoyo, en ese momento del gobierno Santos, por sugerencia del rector del Externado Juan Carlos Henao. Sin embargo, su comportamiento en la Corte lo alineo más en la línea del Centro Democrático de oposición al proceso de paz, un bandazo que a la postre terminó dándole réditos.
Se retiró para asumir una cátedra en la Universidad de Dayton (Ohio), pero logró un contrato con el Fiscal Francisco Barbosa de $20 millones mensuales para asesorar la institución en Estados Unidos, desde su residencia en Estados Unidos. La asesoría fue firmada mediante el contrato FGN-NC-180 el pasado 29 de octubre de 2020, complementado y prorrogado el 5 de enero de 2021 para todo el año en curso.
Con esta, Bernal se convierte en asesor de la Dirección Ejecutiva y la Dirección de Asuntos Jurídicos de la entidad. No tiene compromiso distinto a emitir conceptos jurídicos o verbales en “temas de especial trascendencia o complejidad para la entidad, relacionados con derecho administrativo, derecho contractual y derecho penal”, así como suministrar insumos para orientar las directrices de la Fiscalía en casos difíciles.
El contrato es la última polémica de un jurista que pasó de ser una estrella de la academia a un personaje criticado en la Corte. Arrancó su carrera en 1996, obteniendo un grado Summa Cum Laude de la Universidad Externado. Seis años después, con una maestría, ya estaba dando clases en su alma máter. Hizo dos doctorados en las universidades de Salamanca y la Florida que lo llevaron a un alto prestigio.
Sus credenciales académicas lo llevaron casi de casualidad al alto tribunal. Juan Carlos Henao, exmagistrado de la Corte y rector del Externado, sugirió a Bernal como ternado en la Corte, donde fue elegido en 2017. Tras su elección en el Senado, muchos, incluido el propio presidente Juan Manuel Santos, esperaban un magistrado liberal que apoyara de cerca el proceso de paz con las Farc.
La esperanza de Santos de tener un nuevo magistrado a favor de la paz se esfumó muy rápidamente. Una semana después de su elección, Bernal votó a favor de eliminar el “fast track” contra las normas reglamentarias del acuerdo del Teatro Colón. Su oposición al acuerdo lo resaltó como un magistrado mayoritariamente conservador, quien fue destacado por el entonces senador Iván Duque, quien interpuso la demanda contra el “fast track”. También mostró cercanía con Viviane Morales y apoyó posturas con tinte religioso como la restricción del aborto.
El magistrado fue aislándose de sus compañeros de sala y de su ambiente previo: había pasado a ser docente en la Universidad de la Sabana, cuyas posturas religiosas chocaban con el ambiente librepensador del Externado. Finalmente renunció en julio de 2020, dejando cinco años más de presencia en la Corte para aprovechar una lucrativa posición académica en una universidad privada de Estados Unidos.
La canciller Claudia Blum lo propuso como magistrado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero su nominación no prosperó. Ahora el Fiscal General Francisco Barbosa, con quien coincidió en la Universidad Externado entre 2010 y 2017, le ha dado una asistencia importante en un contrato que lo mantiene en la órbita del Gobierno, desde la comodidad de su casa en Estados Unidos.