El ilustrador francés Jean-Claude Mézières no podía creer cuando, en 1983, por fin se dejó llevar por esa fiebre colectiva que fue El retorno de Jedi y entró al cine. Le bastó media hora para darse cuenta que lo que veía en la pantalla era una copia calcada de su creación Valerian y Laureline. Inmediatamente Mézieres denunció el plagio pero el poder incontrastable de George Lucas lo aplastó. Treinta y dos años después se ve claramente el robo en estas imágenes:

Mézières escribió un par de cartas a George Lucas algo enojado después de ver la primera película de la saga de Star Wars, pero que Lucas no respondió. Posteriormente después del estreno del Regreso del Jedi, Mézières publicó esta diatriba en la revista Pilote