A pesar de que Colombia produce uno de los mejores granos del mundo, el colombiano promedio no sabe tomar café de calidad… Y lo peor de todo es que ni siquiera se esmera en aprender a hacerlo.
No es un secreto que el café de más alta calidad por lo general se exporta, pero cada vez más grano bueno se queda en Colombia para el segmento de los cafés especiales.
Del grano que se queda y no es de alta calidad, la mayoría es la llamada pasilla, un grano con algunos defectos menores que los tostadores locales suelen maquillar sobretostándolo.
Por eso, mucha gente se ha habituado a tomarlo así, ignorando que el mejor tueste, el que mejor expresa los atributos del grano, es el medio. Si de entrada la fragancia de un café parece fuerte y al tomarlo el café sabe algo amargo, es muy probable que esté sobretostado.
En cuanto a preparaciones, la que mejor expresa los atributos de calidad del grano es el método exprés o expreso (del italiano espresso), porque permite apreciar mejor el aroma, balance, acidez y notas de sabor.
Un simple tinto (o americano) no es otra cosa que un expreso con mucha agua, y por tanto siempre sabrá aguado con respecto a un expreso.
Y un capuchino, latte o mocachino, al incorporar leche, tampoco dejan apreciar las cualidades intrínsecas del grano, que, como con el vino, es mejor tomarlo solo y de origen único.
Lo más irónico es que pocos colombianos se han preocupado por aprender a apreciar un buen café.
Para eso están las cataciones, pero la mayoría de los preparadores de café en las tiendas (a quienes el nombre de baristas les queda grande) ni siquiera se esmeran en ofrecerlas. Se conforman con entregar “lo que pida el cliente”.
¿Como bebedor habitual de café, usted sabía todo esto? ¿Se le había ocurrido pedir a algún barista que le enseñe a apreciar un mejor café? ¿Están todos los preparadores de café del país realmente capacitados para enseñar a catarlo?
La respuesta a todas estas preguntas por lo general es no.
Por ello lo invito a dejar atrás el conformismo y que busque aprender a apreciar y catar un buen café para que su paladar se vuelva más exigente. Usted será el primer beneficiado.