El Colombiano no es el mismo diario que circulaba hace 20 años por la calles de Medellín y de Antioquia, pues el respeto y la rigurosidad que tenía en ese entonces se fue deteriorando cuando sus intereses políticos y de negocio fueron más grandes que informar a los ciudadanos que lo leían diariamente en las mañana.
Su ingreso en publicidad se vio escaso cuando el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, no pagó una millonaria suma de dinero como lo hacían las administraciones anteriores, en especial la de Federico Gutiérrez, para hablar bien del alcalde y sus proyectos en la ciudad. Desde ese momento, El Colombiano se convirtió en la propaganda del GEA contra Quintero, pues al día están publicando por lo menos tres noticias negativas sobre el mandatario.
Por lo que ahora no cuenta con los ingresos de la Alcaldía ni los lectores que alcanzaba en años anteriores, logrando una crisis para el medio. En estos momentos El Colombiano está buscando estrategias para salvarse y poder seguir circulando, pues en las redes sociales no toma tanto impacto como impreso.
Ante este suceso, el Grupo Gilinski, los mayores accionistas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), ofreció la compra del cien por ciento del medio, para lograr apoderarse de más empresas grandes del departamento.
Pero un grupo de empresarios que le vendieron sus pequeñas acciones del GEA a los Gilinski aportaron de ese mismo dinero para “lograr salvar” al medio con 20.000 millones de pesos por el 51%; sin embargo, no ha sido aprobada esta decisión que aún está en espera, pues el interés de estas personas es seguir atacando a Daniel Quintero, luego de que el mandatario sacara a la luz las irregularidades que había dentro del Grupo Empresarial Antioqueño.
Por ahora, El Colombiano perdió su foco editorial que lo ha llevado a un abismo de incertidumbres del que hasta el momento no ha logrado salir, su imagen cada vez es más desfavorable y más cuando decidió sacar algunos periodistas el pasado 9 de febrero, Día del Periodista. La rigurosidad con la que anteriormente hacían sus notas, se perdió por un interés político que es notorio.