Cerca de la Universidad del Rosario, sobre la carrera Sexta, entre las calles 12 y 14, junto al café que frecuentaba el poeta León de Greiff a comienzos del siglo pasado en el centro de Bogotá, hay un activo comercio de esmeraldas colombianas en joyerías tradicionales y vendedores en la calle.
En esa calle estrecha y antigua de la ciudad, vecinos y turistas encuentran establecimientos como Manosalva Joyería fundada en 1905, Esmeraldas Capitolio, Joyas y Esmeraldas Oskar’s, Flawless Joyería exclusiva Candelaria, Torres Joyeros, Joyería Nueva Candelaria, Artesano del Joyero, Joyas Karin, Joyería y Platería Buckingham, Esmeraldas La Gran América, Kärlek Joyeros, La Mina, Joyería Gabriel, Klever Ruiz Joyería, Vienna Joyería, El Motivo, El Brillante, Real orogemmas y La Joyería San Jorge, entre otros.
Argollas de matrimonio, anillos de compromiso, anillos de grado, diamantes y esmeraldas certificadas buscan los compradores y clientes de estos negocios, en donde la confianza es clave para sostenerse en el tiempo.
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Por eso, apoyar con su conocimiento, buen ojo y experiencia a los vendedores y particularmente a quienes comercializan piedras preciosas certificadas es la tarea del geólogo y gemólogo, Javier García Toloza, director de la Corporación Centro de Desarrollo Tecnológico de la Esmeralda colombiana (Cdtec), quien ocupa ese cargo desde agosto de 2021 y fue geólogo de proyectos entre 2017 y 2021.
Según el peso de la esmeralda que, sin exagerar, la colombiana es la de mejor calidad del mundo por su color vívido, el comprador o poseedor de esta preciosa piedra puede pagar entre 70 mil y 1 millón de pesos para verificar su autenticidad en el Cdtec, pues las falsas son sintéticas.
El Centro, creado en 2004 como una entidad con participación de organizaciones públicas como Proexport y privadas, lleva más de 20 años dedicado también al desarrollo de proyectos de investigación en geología, geoquímica y gemología con énfasis en esmeraldas.
Allí, un equipo de expertos, liderado por García Toloza identifica las gemas con apoyo de sofisticados equipos para emitir lo que se conoce técnicamente como Reporte gemológico que para los clientes, ya sea un exportador, joyero o comprador final, tenga la certificación que da fe de que la piedra tiene ciertas características gemológicas que la hacen única y especial.
Durante estas dos décadas de labores, el Cdtec ha contribuido a profesionalizar todos los procesos relacionados con el negocio de las esmeraldas hasta el punto de que están en capacidad de determinar con exactitud si la piedra es una esmeralda colombiana o de otro país, pues las hay de origen mexicano, peruano, indio o ruso, ya que desde la llegada de los españoles a América, se utilizaba para intercambiar mercancías. De hecho, países como India, China, Rusia, Tailandia son poderosos en la producción, comercialización y transformación de piedras como zafiros y diamantes, además de las esmeraldas.
Los principales usuarios del laboratorio del Cdtec son principalmente los comercializadores y joyeros que, al vender las joyas y las piedras con su respectivo Reporte, que puede ser posteriormente validado por el comprador, generan un clima de confianza propicio para los negocios.
Los reportes gemológicos o certificaciones como se conocen en general, incluyen las características que corresponden al producto vendido, cuál es su origen y si cumple o no los estándares de calidad, especialmente por factores como el color vívido de la esmeralda colombiana que es apreciado en los mercados internacionales y está relacionado con su composición química derivada de un proceso geológico único en el mundo que contribuye a diferenciar las piedras nacionales.
Así como existen diamantes famosos, también hay esmeraldas famosas como la Teodora, de 11,4 kilogramos (57.500), destacada como la piedra tallada de su tipo más grande del mundo y de propiedad de Regan Reaney, comerciante de gemas raras canadiense.
En Colombia, la Federación Nacional de Esmeraldas de Colombia (Fedesmeraldas), agrupa desde 1988 a todos los actores formales de la cadena productiva y administra el Fondo Nacional de la Esmeralda, organismo similar al Fondo Nacional del Café, encargado de recaudar el impuesto parafiscal del orden del 1 por ciento de las exportaciones colombianas de esmeraldas.
Los recursos recaudados se destinan específicamente a la promoción de los procesos de producción, transformación, comercialización y exportación de las piedras; aumentar la competitividad del sector e impulsar iniciativas de desarrollo comunitario y social en las regiones de producción esmeraldera.
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