Desde la primera gota de sangre el crimen de un discreto diputado del chavismo tomó insospechadas dimensiones políticas.
Los ocho hombres que asesinaron al diputado chavista Robert Sierra y a su compañera, María Herrera, el pasado primero de octubre de 2014, a punta de disparos y puñaladas, Edwin Torres Camacho, 'el Poli', Carlos García Martínez, 'el Tintín', Jhonny José Padilla 'el Oreja' , Fariñéz Palomino 'el Eme', Danny Salinas Quevedo y Leiver Padilla, vinculados a la investigación, se convirtieron en objetivos de alto valor para el presidente Nicolás Maduro. Uno de los supuestos responsables era Leiver Padilla, alias 'el Colombiano'.
Suficientes elementos para que a unas pocas horas del asesinato a Nicolás Maduro no le temblara la voz para acusar con nombre propio al expresidente colombiano Álvaro Uribe y a "criminales protegidos por la Casa Blanca’’. Un asesinato que, según el presidente venezolano, tenía motivaciones políticas. Se orquestó desde Colombia y según él, por US$500.000.
En el entretanto de sus declaraciones, su gobierno entraba en la peor época de vacas flacas desde la muerte de Hugo Chávez: desabastecimiento, creciente tensión con los medios de comunicación y con la oposición, cuyos líderes visibles permanecen encarcelados.
El entonces embajador de Colombia en Caracas, Luis Eladio Pérez, quien había ocupado el mismo cargo en el Perú, intervino sin considerar diplomacia alguna y contradijo al presidente Maduro. El embajador Pérez aseguró que Robert Sierra había sido asesinado por sus propios escoltas; que el presunto asesino, alias 'el Colombiano', tiene nacionalidad venezolana y que el crimen no tenía nada que ver con paramilitares colombianos, con los cuales Maduro pretendía involucrar al expresidente Álvaro Uribe. En un par de horas la canciller colombiana María Ángela Holguín le llamó la atención al embajador en público, quien prefirió apartarse del cargo y regresar a Bogotá . “Presenté mi renuncia, no me quedaba ni un día más allí’’, afirmó escuetamente. Pérez fue reemplazado por Ricardo Lozano, quien había ejercido como embajador de Colombia en Ecuador desde el comienzo del gobierno Santos.
'El Colombiano' fue capturado en Colombia en noviembre de 2014 pero solo hasta ahora, ocho meses después, fue extraditado a Venezuela. Los guardas venezolanos lo recibieron como un acusado responsable de un crimen sin derecho a defensa alguna. El propio ministro de Justicia venezolano, Gustavo González, lo esperó en el aeropuerto internacional Simón Bolívar en Caracas y agradeció al presidente Santos por la "cooperación, por la colaboración, por la solidaridad y por la reciprocidad" y un trino del presidente Maduro definió el futuro y la difícil situación que enfrentará 'el Colombiano' ante una justicia totalmente controlada por el chavismo. Su caso se convirtió, además, en el pretexto de Maduro para intentar encausar al expresidente Uribe a través de pruebas que intentarán recolectar sobre la supuesta relación de Leiver Padilla con grupos paramilitares colombianos. El presidente venezolano sentenció al detenido recién extraditado con este trino:
@NicolasMaduro:
"A los fascistas y asesinos les espera la Justicia,por sus crímenes,voy a recrudecer la batalla contra estos bandidos, Justicia...Justicia...’’