Nuevamente, sale a la palestra la relación insana de la justicia y el clientelismo a raíz de la selección de dos tutelas que la Corte Constitucional revisara para darle fin a una controversia en torno a unos concursos de carrera para seleccionar jueces y magistrados. Y de otra parte, la Fiscalía General de la Nación elude el cumplimiento para convocar a concurso a más de 17.000 vacantes de carrera.
En el primer caso hay un problema jurídico relacionado con la vinculación meritocracia de quienes deben impartir justicia en el país. Hay sombras en el desarrollo de unos concursos realizados desde ya hace varios años, lo que no ha permitido que ingresen los mejores al aparato judicial. Eso significa que en la práctica, la justicia ha estado en manos de unas personas temporales que han sido vinculadas a dedo por magistrados proclives al clientelismo.
Reto histórico para la meritocracia tiene la Corte Constitucional en un Estado que a lo largo de los 30 años de la Constitución no la ha garantizado.
De otra parte, la Fiscalía General de la Nación solo hasta que se emitió un fallo de una acción de cumplimiento emitido por el Consejo de Estado empezó a gestionar los concursos para la vinculación de 350 cargos vacantes de carrera. Pero resulta inaudito que de los 17.000 cargos vacantes, solo han convocado 350. Menos del 5 %. De esta manera, incumple el fallo de una alta corte de justicia sin pudor alguno y ante los ojos de toda la sociedad.
De esta manera, el clientelismo de los provisionales sale airoso en las instituciones encargadas de impartir justicia.
Soy abogado defensor de la meritocracia constitucional de hace muchos años, y es sorprendente no solamente por lo expuesto en este escrito, sino porque he intentado en varias acciones constitucionales como la acción de tutela, la acción popular y la acción de cumplimiento atacar el clientelismo. En especial el de los contratos de prestación de servicios y cuando no es que el hecho ya fue superado, que le falto un requisito, que no se demostró la violación de la moral administrativa, que la carga de la prueba, que es titánica le corresponde al autor, la justicia deniega cualquier acción ciudadana en contra de este flagelo de la democracia.
Pareciese que se quiere mandar el mensaje de que el clientelismo es una mala hierva imposible de erradicar, y a la que tenemos que acostumbrarnos a pesar de que ya celebramos 30 años de la Constitución y su eje y columna vertebral es el mérito.