A continuación, apartes del diario de la productora de El Abrazo de la Serpiente Cristina Gallego, y posteriormente los testimonios de quienes en Colombia ya han podido apreciar la cinta que estará en cartelera esta semana:
No sé si debería escribir hoy. Todo lo que pasó en el encuentro con el público durante la función del estreno mundial el pasado viernes está mejor escrito y mejor descrito en la prensa mundial y nacional.
De nuevo, llegó el momento de soltar, ese pequeño momento que marca la diferencia entre que una película sea mía -en proyecto, en proceso- durante tanto tiempo y de repente se convierta en la película del público. Eso es lo que hago y me gusta hacer, así este proyecto me haya tomado cinco años.
Ayer me hacían un artículo en Screen Internacional con el siguiente encabezado: El rápido crecimiento de la productora colombiana, lo que me da mucha risa, pues ningún rápido crecimiento, este proyecto me tomó cinco años, el anterior tres, el anterior otros tres… y así, pero sin distraerme.
Vuelvo a la magia de lo que significa entregar la película al público. Tantos pensamientos y sentimientos que son solo de un productor y un director, cuando hay un trabajo colaborativo, creativo, durante años y años. Tantas historias, tantas negativas, tantos caminos probados, tantas puertas tocadas y tan pocas abiertas.
Nadie sabe muy bien que hacemos, hay mucha desconfianza, hasta que está hecho. Y ayer estaba hecho y el público la tomaba y la volvía suya, minutos y minutos de aplausos, lágrimas, emoción, tocó tanto a los espectadores como me tocaba a mí en el desarrollo.
Lloraba como niña leyendo el guión, en las lecturas de equipo, en la espesa selva, en la sala de edición. Pensé que en la proyección en Cannes no iba a parar de llorar, pero salí de la sala con la satisfacción y tranquilidad de haber cumplido. Las emociones y las lágrimas ya no estaban en mí, estaban en cientos de personas alrededor, que nos festejaban la aventura emprendida hace cinco años.
Y este jueves 21 de mayo se la entregaremos al público colombiano con todo el amor con el que la rodamos durante siete semanas en Mitú (Vaupés) y Puerto Inírida (Guainía) en medio de parajes fantásticos, imponentes y arriesgados para contar la historia de Karamakate, un poderoso chamán amazónico y último sobreviviente de su pueblo, quien vive en aislamiento voluntario en lo más profundo de la selva.
Aquí algunos comentarios:
“Una historia brutal, pero necesaria, que muestra una realidad que ha sido devorada por el olvido”.
Revista Arcadia.
“Es un viaje onírico, dramático, fantasioso, misterioso, pero sobre todo mágico, contado desde la singular perspectiva de nuestros desconocidos ancestros. Nos transporta a una aventura en la que nos convencemos, con toda credibilidad y realismo, que estamos en el Amazonas, en uno que ya no existe”.
Sandra Ríos – Crítica de Cine en Cinevista
“El director Ciro Guerra exhibe sus cualidades de poeta de la naturaleza en esta película. Imposible no recomendar esta obra artística del cine actual colombiano”.
Jaime Heredia – Crítico de Cine en Portafolio
“Una película hermosa, pulida con un gran trabajo de director”.
Pirry – Periodista
“Una obra maestra. Emocionantes travesías por raudales de caudalosos ríos y rastros etnográficos del indigenismo de ficción en una vorágine impenetrable”.
Mauricio Laurens – Crítico de Cine en El Tiempo
Es la película más bella que he visto en los últimos años. Una joya cinematográfica que nos habla de la vida, del medio ambiente, de la importancia de la cultura tradicional de los pueblos. Una filosofía de vida hecha poesía en sus lugares y sus personajes”.
Toto Vega – Actor y director del Festival de Cine Verde de Barichara
