El pasado 8 de abril el gobierno nacional expidió el Decreto 371 por medio del cual se establece el plan de austeridad del gasto 2021 para los órganos que hacen parte del presupuesto general de la nación. Entendería uno que bajo las actuales circunstancias y en un entorno tan desafiante para las finanzas públicas, el contenido de dicho decreto debería estar plagado de medidas contundentes de reducción del gasto sin necesidad de entrar en el debate profundo asociado al tamaño del Estado y a las oportunidades que existen para hacerlo al menos más flexible y adaptable a las nuevas circunstancias. Pero, lastimosamente, lo que encuentra uno son una serie de medidas que no tienen la dimensión para servir de paliativo adecuado al momento. Ahorrar en papelería, viáticos, publicidad, suscripción a periódicos, eventos y demás, me recuerda a una expresión proverbial que mi abuela usaba mucho cuando el ahorro pretendido era insignificante en relación con la economía que se busca: ¡el chocolate del loro!
A propósito de esta expresión, dicen que ilustra la situación de cierta familia de aristócratas que experimentó súbitamente una notable mengua de sus ingresos, por lo que decidió reducir los gastos. Reunidos todos para ver qué gastos podrían eliminar o reducir, cada uno de los miembros de la familia se fue negando a eliminar sus muchos caprichos y derroches o a prescindir de los lujos a que estaba acostumbrado, por lo que al final del debate familiar se llegó a la conclusión de que el único ahorro posible era la ración de chocolate que se le daba diariamente al loro, cuya insignificancia no hace falta aclarar.
Pareciera entonces que en dicho ejercicio de austeridad, que no deja de ser un propósito loable del gobierno, esta vez que se necesitaba un esfuerzo importante y contundente para intervenir el gasto y ambientar la necesidad de mejorar los ingresos vía reforma tributaria, lo que nos encontramos es con una tibia reacción en donde la administración pública como la referida familia aristócrata se niega la oportunidad de reducir gastos relevantes asociados a burocracia, programas inaplicables al entorno actual que deberían dejar de ser financiados, reducciones relevantes en gastos de estructura, el gobierno está solo mirando reducir el chocolate del loro, insignificante plan de austeridad para nuestro país en esta coyuntura actual.