Poco se sabe de Zhang Yimming, el dueño de TikTok, quien a sus 37 años esta en el top 10 de los más ricos de la China. Nació provincia de Fujan, China y se casó con su novia de la Universidad de Nankai de donde se graduó en 2005 como desarrollador de software, la pareja vive ahora en Beijing. Su primer trabajo fue un emprendimiento digital para reserva de viajes llamado Kuxun, de allí pasó a trabajar en Microsoft, y hace apenas 8 años se lanzó al emprendimiento, fundó ByteDance, empresa que en 2018 fue valorada en USD 75.000 millones, convirtiéndola en la compañía privada más valiosa del mundo.
ByteDance es dueña de varias redes sociales que operan en China, como FlipChat competencia de WeChat y Doushan un App de videos que lanzó el año pasado. Sin embargo, su aplicación más exitosa es TikTok lanzada bajo el nombre de Douyin en septiembre de 2016, nombre que cambió a TikTok un año después, cuando inició su expansión global a Japón, India y el sureste asiático. Ese mismo año, compró la App Musical.ly por USD 1.000 millones que integraría con TikTok y de la cual depende gran parte de su éxito. Como presidente y accionista de ByteDance, la fortuna de Yimming esta calculada por la revista Forbes en USD 16.200.
TikTok es primera historia de éxito global en internet de China. Se puede describir como un YouTube de videos cortos. Sus usuarios pueden publicar videos de hasta un minuto de duración, tienen la opción de elegir dentro de una enorme base de datos de canciones y filtros, además de intercambiar mensajes privados. Desde principios de 2019, la aplicación ha aparecido regularmente muy cerca del top de las listas de descargas, hoy se estima que el número usuarios activos en la plataforma es de 800 millones de personas.
Zhang tomó múltiples precauciones cuando intentó globalizar TikTok. La volvió inaccesible desde China de forma que los usuarios no estuvieran sujetos a la censura del Partido Comunista Chino. La data se almacena en Virginia (EEUU) y Singapur. Contrató administradores en Estados Unidos encargados de su operación, incluyendo a Kevin Mayer, exdirector de estrategia de Disney, como director ejecutivo de TikTok, y a lobistas en Washington para representarlo ante el gobierno norteamericano en Capitol Hill.
Nada de esto sirvió al final. Los argumentos en contra de TikTok parecen estar basados, al igual que con Huawei, en la posibilidad teórica de que el gobierno chino podría obligar a ByteDance según las leyes locales, a entregar datos sobre sus usuarios en el extranjero. TikTok ha insistido en repetidas ocasiones en que los datos son recopilados y almacenados fuera de China. Sin embargo, existe la duda sobre qué haría TikTok ante una solicitud del gobierno Chino, y el cuidado que debe mantener para no ofenderlo. El año pasado, el diario británico The Guardian informó que el personal y los sistemas automatizados de TikTok habían aplicado reglas de moderación que censuraban todo material considerado políticamente sensible.
Tampoco ayudó que los usuarios de TikTok se acreditan la mediocre asistencia al evento de inicio de la campaña para de reelección del presidente Trump en Tulsa, Oklahoma en junio de este año. El gobierno de Trump cuya disputa comercial con China lleva más de dos años, hizo pública a principios de julio la idea de prohibir el App por preocupaciones de seguridad.
Aunque es cierto que TikTok recopila una gran cantidad de datos sobre sus usuarios, estos son comparables a los que acumulan otras redes sociales sedientas de datos como Facebook. Lo que está en discusión es la globalización de las diferentes visiones de internet en el mundo, una totalmente abierta como la de EE.UU., una con restricciones gubernamentales como la europea y una controlada fuertemente por el gobierno como es en la China.
TikTok se encuentra analizando todos los escenarios posibles para permanecer dentro de los Estados Unidos. Sin embargo el presidente Trump bajo el argumento de preocupaciones de seguridad nacional, emitió una orden ejecutiva indicando que prohibirá la aplicación a partir del próximo 15 de Septiembre, y que solo podría permanecer en caso de ser adquirida por alguna empresa estadounidense antes de esa fecha. Microsoft ha mostrado su interés, hasta ha recibido el apoyo del presidente Trump. De acuerdo con diversos reportes, Microsoft estaría pagando USD 50.000 millones por adquirir los derechos de su operación en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelandia. Trump también ha indicado que el Tesoro Norteamericano debería obtener alguna ganancia del acuerdo por “hacerlo posible”.
