En todas las droguerías del centro de Bogotá ya conocen a El Paisa que no tiene necesidad de decir que va a comprar. Después de pagar por la botellita de alcohol etílico, su siguiente parada es una tienda de barrio de La Candelaria donde le tienen lista la gaseosa Colombiana. Después de hacer shopping, se sienta en un anden y con calma procede combinar el alcohol etílico con la colombiana con tanta precisión que no derrame ni una gota.
Chamber, así se llama esta potente fórmula que habitantes de calle como El Paisa usan para emborracharse rápido y a precio de ganga, solo cuesta $4 mil. Si saben medir la botellita puede durarle hasta 24 horas de un día mientras la combinan con un bazuco.
Hace 9 años el Paisa llegó a Bogotá huyendo de las desoladoras comunas de Medellín, pero no el vicio lo persiguió. Se describe como un hombre honrado, su Chamber se lo paga con el sudor de sus dos trabajos: reciclando y cuidando carros en La Candelaria donde se ganó la confianza de los habitantes y comerciantes de la zona y se hace hasta $80.000 diarios.
El Paisa tiene cinco reglas de oro: vestirse bien, comer bien, dormir bien, 'pegarle al peluche' y sobretodo hacer un buen Chamber un procedimiento que conoce a la perfección: