Mientras cada 9 minutos muere una persona por COVID-19 en el país, en ese mismo lapso muchos colombianos están violando las medidas de bioseguridad. A menudo se evidencia en las calles falta de cultura, sentido de pertenencia y autocuidado. Pareciera que son más importantes y valiosas las relaciones sociales (reuniones, fiestas, cócteles, cumpleaños) que la propia vida.
A inicios de la pandemia escuché a alguien decir: “El virus se llevó al señor Méndez, a la señora Rodríguez y al primo de los González”. Sin embargo, hoy, tras más de 9 meses de confinamientos, cuarentenas, toques de queda y muchas pérdidas humanas y económicas, lo que se escucha decir es: "El virus mató a mi papá, mi tío, mi hermana, mi abuelo, mi prima".
El cerco se va estrechando cada vez más y así es como se va adentrando a lo más profundo de las familias. No olvidemos que este fin de semana que pasó llegamos a las 50.000 muertes y los 2 millones de contagios a causa de esta pandemia.
Según la información que han brindado las autoridades de la salud, las vacunas arribarían en febrero o en marzo, pero más allá de la fecha, nuestros deberes son el autocuidado, la prevención, la cultura y el sentido de pertenencia.
Así pues, la pregunta es: ¿qué está pasando con aquellos que, aún escuchando estas cosas y viendo esta situación, no toman las medidas en serio?, ¿cuál es la excusa?, ¿a quién le echarán la culpa?
Ayúdenme a responder esto porque no logro comprenderlo.