Desde Septiembre 2013 hasta finales del 2020, he sido militante del Centro Democrático, partido político colombiano de centroderecha fundado por el Expresidente Álvaro Uribe.
Durante gran parte de ese tiempo, por decisión del propio expresidente, ocupé la Coordinación del mismo en España, liderando las Elecciones Presidenciales del 2014 y 2018, que ganaron en el país ibérico en las dos vueltas tanto Óscar Iván Zuluaga como el actual Presidente de Colombia, Iván Duque y desempeñando de facto la vocería del Uribismo ante medios políticos y de comunicación ibéricos, con el resultado positivo por muchos conocidos.
Gracias a Dios, ya ni soy militante ni ocupo función alguna ni en el CD ni en ningún otro partido político ni colombiano ni español. Las ingratitudes y humillaciones, cuando se actúa de buena fé y con altruismo por unos ideales, son cicatrices perennes que hacen reflexionar.
El tiempo siempre pone a cada uno en su lugar, alguno ya está enfilando la puerta de salida y precisamente para no ser recordado por su buenhacer ni humana ni políticamente.
Mi dedicación a dirigir mi despacho profesional, el ejercicio como Abogado, la Docencia Universitaria y las columnas políticas en medios de comunicación del uno y otro lado del océano Atlántico, me ocupan profusamente. Al día de hoy, que este dicente sepa, nadie me ha sustituido en dichas funciones políticas del Uribismo en España y si existe, es evidente que lleva su quehacer con un profundo silencio.
Hasta hace relativamente muy poco tiempo, la España política era un territorio prouribista y ahora vuelve a ser “zona roja” de la izquierda colombiana, quien tiene una gran interés en que su mensaje lidere España y Europa para el 2022. Pero eso suele ocurrir, cuando no se valora ni se considera a quien se desempeñó exitosamente. Es decir, que viene el contrario y ocupa el lugar que tu minusvaloraste, creyendo que las cosas funcionaban por sí solas.
Es por lo anterior, por lo que conozco un poco, lo que permite una introspección desde el otro lado del océano, a diez mil kilómetros, cómo está organizado por dentro el Centro Democrático, hasta ahora y gracias al tirón electoral de Uribe y la dedicación de muchos simpatizantes, el principal partido político de Colombia. Veremos en el 2022 .
A pesar de que dicho partido colombiano, el CD, teóricamente es quien sostiene principalmente al actual Gobierno de la nación, presidido por Iván Duque, a mi juicio, no se caracteriza el mismo por ser un colectivo político internamente bien organizado. Y alguien tiene que dar un golpe de timón, si no se quiere que el CD termine sin Uribe como La U, o incluso materializándose su desaparición.
La finalidad de cualquier formación, es sobrevivir a sus dirigentes y/o fundadores, para dar continuidad en el tiempo a sus legados y ser vehículos que conduzcan los canales ideológicos de la ciudadanía.
Así pasó en España, con el PSOE, fundado en 1.879 por Pablo Iglesias, nada que ver familiarmente con el actual líder de Podemos, mera coincidencia nominativa o con el PP, constituido por el exministro franquista Manuel Fraga ya en democracia, en 1. 989, si bien el PP, es sucesor de la extinta Alianza Popular, también del cuño del político gallego,que vió la luz en 1.976, tras la muerte de Franco y al albur de la neófita Ley de Partidos Políticos.
Las dos colectividades españolas se fueron fortaleciendo siendo más vigorosas sus estructuras con el paso del tiempo que los propios líderes que ocuparon la primera línea de poder de las mismas. El PSOE, se fortaleció tras Pablo Iglesias y los diferentes liderazgos habidos durante la época de la II República o durante el franquismo en la clandestinidad o incluso tras la vigente Constitución Española de 1.978, con Felipe González, Joaquín Almunia, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba hasta el actual Pedro Sánchez. Lo mismo ocurrió con el PP, quien fue erigiéndose en un partido político moderno al estilo de los grandes partidos liberal-conservadores-democristianos europeos (La CDU alemana, Les Republicains francés, el Partido Conservador o Liberal ingles, etc.), avanzando en ello con los liderazgos de Manuel Fraga, primero y luego con José María Aznar,Mariano Rajoy o Pablo Casado, en la actualidad. Y ambos partidos tendrán continuidad sin lugar a dudas, después de Casado y Sánchez.
Pero , ¿ en qué debe fortalecerse el CD para superar definitivamente a partidos colombianos consolidados como los tradicionales Partido Liberal o Conservador ?
Sin lugar a dudas en dos pilares: en la Organización Funcional y en la Territorial.
No quiero poner en duda la gestión directiva de Nubia Stella Martínez, quien desempeña de acuerdo a su cargo de Directora Ejecutiva, las funciones de lo que en España llaman los partidos de centroderecha, más de corte presidencialista, Secretaría General , o segundo escalafón del organigrama. En el PSOE, el Secretario Genral es el más importante líder del partido.
Lógicamente dicha labor de fontanería interna, debe ser ajena a la del Jefe Político, Álvaro Uribe, quien bastante tiene con el día a día y con superar los duros embates que se le enfrentan, para tener que ocuparse además de las tareas organizativas. Uribe puede dar las directrices pero alguien debe ejecutarlas acertadamente y llevar el día a día del partido.
Pero entiendo que hasta ahora o bien la gestión de la Directora Ejecutiva no ha sido visible o simplemente no ha aportado un valor añadido adecuado para el fortalecimiento y consolidación de la estructura organizativa de la formación. Creo que en estos más de siete años de vida de partido, la dirección del mismo ha ido viento a favor de la corriente marcada por el liderazgo incuestionable de Uribe y ubicados en la comodidad política que el exmandatario ofrece y poco o nada se ha hecho, en la construcción de un partido que sobreviva a la figura política histórica inigualable de Álvaro Uribe Vélez. Como ejemplo, no es admisible
el déficit del CD en implantación territorial, como reflejan los pobres resultados en las Elecciones Departamentales y Locales. Una organización territorial no se lleva a golpe de teléfono celular desde Bogotá. Hay que pisar el polvo de los corregimientos, los pueblos, las ciudades, las regiones de la Patria, para construir partido y estar en el día a día del sentir y las preocupaciones de las organizaciones locales y no sólo en época electoral.
Hasta la eclosión de la pandemia, poco “pisar sobre el terreno” ha habido.
El CD no tiene visible unos órganos directivos participativos de la militancia, parece que solo es un partido de bancada, que solo los congresistas son los dirigentes y eso es un grave hándicap. La bancada del Congreso no debe de estar por encima en los órganos del partido, en los que concejales, ediles, diputados en asambleas departamentales, etc. y dirigentes regionales junto con militantes y personalidades afines deben estar presentes y tener carácter decisorio.
Debe contener una estructura compuesta por organismos organizados por Secretarias Sectoriales, en correspondencia con las carteras ministeriales o las áreas de jecución de Alcaldías o Gobernaciones (Salud, Educación, Transportes y Obras Públicas,Economía y Hacienda, Justicia, Interior, Cultura, etc.etc.), ejerciendo de correas de transmisión a modo de insumos de ideas, propuestas, programas y de nutrir con miembros del partido debidamente formados y preparados los cargos funcionariales de los organismos del Estado y Administraciones periféricas regionales y no con amigos de la Universidad o excompañeritos de trabajo. Eso es legítima política partidista, no es mermelada. Pregunten los miles de cargos públicos cubiertos mediante designaciones de militantes de partido, nombrados actualmente por PSOE y PODEMOS en España.
Dichas Secretarías se integrarían por personas de profunda formación ética y experiencia profesional, en las diferentes áreas que presten las pertinentes asesorías referenciadas en las áreas expuestas a las diferentes ramas y organismos de gobierno, para que los programas políticos, con el que fueen elegidos el Presidente, el Gobierno,Alcaldes,Gobernadores y Congresistas,Diputados regionales, se aplique.
Nada de esto existe, ni ocurre. Pero así funcionan los grandes partidos, en el mundo.
El CD, como partido a pesar de que el Presidente Duque y su Gobierno, se han hecho elegir con el apoyo de sus siglas, equipos, militantes,etc. y con un programa avalado por la formación uribista, brilla por su ausencia en este Gobierno, desde el punto de vista de inspriración de sus políticas.
“ Ellos se lo guisan, ellos se lo comen “. “No se dejan aconsejar, así les va y por ende a Colombia “, esas opiniones me trasladan desde Colombia, fieles uribistas.
Así, este Gobierno no solo se ha ido alejando cada vez más, de los principios irrenunciables del Uribismo y del partido CD, como ya es público y notorio, no solo lo dice este columnista sino que nunca tuvo en cuenta para aplicar sus políticas a los múltiples militantes señeros, expertos y preparados con los que cuenta, sino mas bien ha nombrado o ratificando Duque y sus Altas Cargos a personas afines en lo personal y en lo político con otras opciones,como antes se ha expuesto, incluso a designados por Juan Manuel Santos, en su Gobierno. Eso genera una fuerte desazón y desánimo de la militancia, quien parece que sólo es necesaria, para trabajar por los “privilegiados” que finalmente quiere acceder al Congreso, al Candidato Presidencial y a sus designados personales, así no sean del partido y que en muchos casos, ponen a pensar a los ciudadanos colombianos de a pie, que solo les guía, su interés de cobrar al mes más de treinta (35) veces el salario mínimo de un trabajador colombiano, etc.
El esforzado asalariado colombiano, a quien tanto le cuesta la educación universitaria de su hijo o el dedicado militante de base uribista, qué puede pensar, cuando también lee o escucha en noticieros, publicaciones políticas, etc., que asumen importantes cargos y funciones, hijos, hermanos e incluso padres de connotados congresistas o de altos dirigentes, en posiciones de libre designación sin pasar por concursos de méritos, lo cual en este caso estaría más que justificada su incorporación.
Ello, podrá ser legal, pero es poco ético y estético e impropio de la igualdad de oportunidades que un partido debe promover. Se traslada un
mensaje poco edificante a la ciudadanía, ya de por sí desconfiada ante sus políticos.
Curiosamente, en no reducirse ostensiblemente sus emolumentos se han puesto de acuerdo todos los congresistas a derecha e izquierda del arco parlamentario colombiano. En España, un congresista no supera seis (6) veces dicho salario mínimo. Vergonzoso e insultante para el humilde trabajador colombiano.
Viene aquí a colación, el triste episodio conocido, con acusaciones incluidas de narcotráfico por parte de las autoridades suizas, presuntamente cometidas por un funcionario de la delegación diplomática colombiana en el país helvético, nombrado por Juan Manuel Santos, al final de su mandato y que Duque, no dudó en confirmar en el cargo, en su momento.
Episodio del cual se hizo eco no solo la prensa colombiana sino también la internacional. Luego nos quejamos y nos rasgamos las vestiduras de que haya medios de comunicación y países en el mundo entero, que persistan en referir o publicar la triste vinculación de Colombia con el narcotráfico. Por desgracia, siguen siendo continuos y ahora incluso más numerosos, los episodios en Europa de tráfico de drogas, que tienen como tristes protagonistas a ciudadanos de Colombia. Y ello, ha ido en aumento con la supresión del visado Schengen, lo que ha provocado que esté en estudio por las autoridades un endurecimiento de las condiciones de acceso a los colombianos a dicho espacio migratorio europeo, para tratar de atajar dichas reiteradas conductas delictivas.
Mi pregunta Presidente Duque es , ¿dónde quedó la fumigación como forma de erradicación de los cultivos ilícitos, promesa electoral del CD, como tantas otras, incumplida por usted y su Gobierno?
Sin querer generalizar, porque la inmensa mayoría de los ciudadanos del país cafetero, sin lugar a dudas, son gente honrada y honesta, todavía un sector de colombianos sigue siendo el peor enemigo de sí mismos y perjudican la imagen exterior del país y de sus habitantes.
A dicha población mayoritaria, todavía injustamente se sigue estigmatizando internacionalmente bien sea por episodios de narcotráfico, terrorismo de disidencias FARC, delincuencia común con muertes violentas, que aterroriza actualmente las ciudades de Colombia, corrupción política o judicial (verbigracia Cártel de la Toga), etc.
Y todo esas malas noticias llegan a Europa y aquí no salen de su asombro, de ver un país con tantas posibilidades, como es Colombia, que sigue en lo de siempre y un Gobierno actual que ha olvidado la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social, que tan gratamente hizo sorprender al mundo en el periodo 2002 – 2010, durante el mandato presidencial de Álvaro Uribe Vélez.
Da la sensación que dicho Ejecutivo parece que se ha desentendido de las sabias advertencias de Uribe, que incluso actualmente lleva a cabo, al ver que la acción de gobierno se desvía de la línea adecuada y de lo que el político paisa estima que sería lo idóneo para un mejor desenvolvimiento de la nación, en lo económico, en lo social y en materia de seguridad.
Un legado el de Uribe que incomprensiblemente parece pretendan destruir desde un Gobierno que se eligió con sus votos.
Por todo ello, es importante que el CD, para mantener ese Legado, se renueve con nombres y con ideas, que se estructure adecuadamente no solo internamente sino también territorialmente, con participación en la Junta Directiva Nacional, como máximo órgano directivo entre Congresos del partido, no solo de altas personalidades políticas a nivel nacional sino también de representantes de las regiones y ello constituyendo de forma jerárquica y funcional inferior a modo de Direcciones Departamentales y Municipales, que den apoyo y participen en los diferentes comicios electorales que se convoquen, de ámbito regional y local.
Solo con un partido debidamente cohesionado internamente, con un fuerte equipo organizativo desde la propia Sede Central que esté pendiente de la necesaria descentralización organizativa territorial, de las afiliaciones y de sus requisitos, de la concesión de avales, para representar al partido en elecciones locales, municipales, asambleas departamentales,
etc., se fortalecerá y trascenderá en su día de la figura de Uribe. Pero de todo ello carece en la actualidad.
No es mi pretensión ni mi cometido, el configurar en unas líneas de la presente columna, la estructura organizativa y el funcionamiento que hipotéticamente debería tener el CD, pero si quiere sobrevivir en el tiempo como la obra construida para la defensa del legado futuro de Álvaro Uribe, siempre que Iván Duque y su Gobierno no lo destruye antes, claro está, debe de dejar de ser sólo un partido instrumental para que su militancia y simpatizantes solo respalden en Elecciones a Candidatos a Congresistas y Presidentes, que luego se olvidan de ellos, para convertirse en una colectividad abierta a la totalidad de la sociedad colombiana, como centro de participación influyente y eficaz.
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*Néstor Laso, es Abogado, Profesor Universitario y Columnista político español y colombiano. Ha publicado en medios españoles como EL MUNDO, ABC, LA RAZÓN, OK DIARIO, EL ESPAÑOL, EL INDEPENDIENTE, THE DIPLOMAT IN SPAIN y en el Grupo VOCENTO (20 diarios regionales).
