Aunque el departamento ocupa un área aproximada de 500 mil kilómetros cuadrados, su capital, Popayán, presenta alto índice de desempleo, según las estadísticas del Dane y hasta finales de los años sesenta, fue gobernada por una élite de familias tradicionales conservadoras y liberales, con grandes extensiones de tierra, dedicadas a la ganadería extensiva, que empezaron a perder, cuando se organizó el movimiento indígena liderado por el Cric, para recuperar antiguos territorios de sus resguardos.
Por su clima fresco, aguas termales cercanas y vestigios arqueológicos vecinos de civilizaciones precolombinas, los numerosos museos y la arquitectura de su centro histórico, la ciudad ha tenido gran afluencia de turistas nacionales y extranjeros, pero sus dirigentes no han podido estructurar con fuerza un modelo de ciudad universitaria y turística que vienen planteando desde hace años.
La actual administración municipal intenta romper con el estancamiento al impulsar la innovación, el emprendimiento y el cambio de cultura ciudadana para superar barreras mentales y en los planes de desarrollo. La inclusión de Popayán como una de las “ciudades sostenibles” apunta en ese sentido, en momentos en que continúa la adecuación de las vías principales del Plan de Movilidad y apertura de nuevas que superen el embudo en el transito especialmente en sentido sur-norte y viceversa. La construcción de ciclovías para incentivar este sistema de transporte y la adecuación de un parque lineal a lado y lado del río Cauca, así como la recuperación de las cuencas del Molino, Pubus, Piedras y Rioblanco son proyectos importantes.
El apoyo a generación de empresas, la construcción de una central de abastos y el rediseño y reorganización de las galerías del barrio Bolívar, La Esmeralda y sus áreas de influencia hacen parte de este propósito.
La construcción de la represa multipropósito de Julumito, es rescatada por las autoridades municipales y departamentales, buscando beneficios como la generación de 35.000 Kilovatios/hora, fomento al turismo y deportes acuáticos, piscicultura, reserva de agua para el acueducto de Popayán en sequias prolongadas como el reciente Niño y además de servir de albergue a las aves migratorias.
Con la ley Paez, expedida en junio de 1995, después de la avalancha posterior al terremoto y erupción que propició el deshielo del nevado del Huila, los payaneses esperaron que varias factorías se ubicaran en el parque industrial, subutilizado y creado después del terremoto del 83; pero las industrias, prefirieron instalarse en los municipios del norte del Cauca, más cercanos a Cali, Buenaventura y resto del país.
En la parte plana del norte del Cauca hasta 1995, existían los ingenios: del Cauca y La Cabaña, con sus crecientes cultivos y procesadoras de azúcar, así como la fábrica Propal, para producir papel a partir del bagazo de la caña y de Carvajal con su planta impresora de libros. Pero a partir de la expedición de la Ley Paéz, en los municipios de Santander de Quilichao, Calóto, Guachené, Villarica, Puerto Tejada y Miranda, instalaron sus plantas numerosas industrias, entre grandes, medianas y pequeñas, lo que llevó a que en la actualidad, el Cauca, sea el séptimo Departamento industrial de Colombia y sus exportaciones anuales se acerquen a los 500 millones de dólares.
Industrias, como papeles Kimberly y Familia, laboratorios Genfar, Editorial El Tiempo, Alpina, Colombina, Alival, leches San Fernando, Gatorade, y en total más de 100 empresas, de sectores como la agroindustria, construcción, fabricación de papel, libros, alimentos, y químicos, etc dinamizaron el empleo, el comercio y la educación tecnológica y universitaria en la región con presencia de las universidades públicas del cauca, Valle, Unicomfacauca y numerosas privadas, además del Sena, con sedes principales en Santander de Quilichao. Con la reciente organización y movilización de las comunidades afros exigiendo ampliación de sus territorios y titulación colectiva de tierras, sé dinamiza la disputa por la propiedad de la tierra hasta hace poco limitada a las disputas de indígenas enfrentados a particulares y recientemente a los cultivadores de caña.
En la región nororiental del Cauca, con territorios de municipios como Miranda, Corinto, Toribio, Calóto , Jambaló, Santander de Quilichao y Caldono, asentados sobre la Cordillera central, desde la década del 70, del siglo pasado, se registró el fortalecimiento del movimiento indígena, encaminado a ”recuperar la tierra, su cultura y saberes tradicionales” . Con la creación del Consejo regional Indígena del Cauca, Cric, en 1971, y la organización comunitaria y productiva de la región experimentó cambios radicales en cuanto a la propiedad de la tierra y modo de vida. En esta región los cultivos de marihuana y el procesamiento de heroína tienen gran peso en la fuente de ingresos para sus habitantes y grupos armados ilegales, al igual que la minería ilegal.
Las otras regiones del Cauca: sur, Tierradentro, Bota caucana y Pacífica, han vivido sumidas en un atraso secular y con gran peso del cultivo y procesamiento de coca, minería ilegal y presencia de grupos guerrilleros y de las bandas criminales. En los últimos 25 años han tenido avances con la construcción de vías para comunicarlos con Popayán, Cali, Pasto, aunque por su ubicación geográfica estas subregiones apartadas están más vinculadas y ligadas a la economía, costumbres y cultura de departamentos vecinos, como el norte de Nariño, Huila, Putumayo y el pacífico vallecaucano.
Hay incertidumbre en el departamento con el proceso de paz en marcha, la tensión social por amenazas de paramilitares, asesinatos a líderes campesinos e indígenas, a funcionarios gubernamentales relacionados con la Restitución de Tierras y atención a Desplazados y Víctimas de la violencia. También grandes expectativas de extender la presencia de las administraciones nacional, departamental y municipal a territorios incomunicados, en manos de grupos ilegales.
Además de la doble calzada Popayán-Santander de Quilichao, los gremios del suroccidente colombiano demandan la construcción de la variante Timbio-El Estanquillo, para mejorar la comunicación con Pasto y el Ecuador. También la apertura y mejora de nuevas vías secundarias, terciarias y el fomento a la producción agropecuaria, piscícola, minería artesanal, y forestal, entre otras, mayor inversión en salud, educación y estímulo al procesamiento de materias primas, son alternativas de redención que alcaldes, gobernadores y entidades nacionales intentan concretar en los Planes de Desarrollo en ejecución. Control a la minería ilegal, organización de los mineros artesanales en la extracción del oro y reglamentación e impulso a la explotación de minerales no ferrosos como calizas, bauxita, etc, también son tenidas en cuenta por la administración departamental. Fomento a los cultivos de café, cacao, aguacate Hass, coco, frutales en los diversos pisos térmicos y marihuana, coca de usos medicinales e industriales, además del impulso a la agroindustria y ganadería mayor y menor, serán ejes fundamentales a desarrollar en el posconflicto al concretarse la desmovilización de la guerrilla y otros grupos armados cuando sea más accesible el campo caucano.