Para habitantes y autoridades municipales de Toribio, la firma del acuerdo bilateral en La Habana es, sin duda, como casarse, después de vivir un tiempo ‘arrejuntados’ con la tregua unilateral de las Farc y con la tranquilidad reinante en su plaza central y agujereadas casas cercanas a la estación de Policía, que por años fueron sometidas por comandos y francotiradores de las Farc. Hubo más de 500 ataques de toda clase y dimensiones.
Algo similar sienten desde hace más de un año de vigencia de la tregua unilateral de las Farc, en Suárez, donde fue abatido Alfonso Cano y en Buenos Aires, donde en la vereda La Esperanza, fueron masacrados 11 soldados, cuando estuvieron a punto de romperse las negociaciones en Cuba. También en el corregimiento de El Mango, en Argelia, donde sufrieron incontables ataques y en muchos sitios de El Tambo, Jambaló, Caldono, Calóto, Corinto, Inzá, Santander de Quilichao, Miranda, Balboa, Timbiquí, Guapi, López del Micay, etc, etc, donde con la formalización del cese de los enfrentamientos entre miembros de la Policía, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, contra guerrilleros de las Farc, esperan que al fin se dediquen a combatir a las llamadas bandas criminales dedicadas al narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión, el asesinato de líderes campesinos, indígenas y populares y otros delitos, para al fin poder transitar y trabajar en paz –después del desminado de caminos- y el Estado al fin llegue titulándoles las tierras donde viven hace siglos y con maquinaria para construir carreteras, acueductos, escuelas, centros de salud, programas de electrificación, asistencia técnica y financiera para el sector agropecuario y otros proyectos financiados con los recursos nacionales e internacionales anunciados por el gobierno nacional para el famoso ‘Posconflicto’.
Así en Bogotá y otros centros de poder, el Procurador Ordóñez, el senador Uribe y sus alfiles guerreristas del Centro Democrático, afanados por ganar las próximas elecciones presidenciales usando como bandera su oposición al proceso de paz, sigan desgañitándose con destemplados quejidos contra los acuerdos que nos acercan a la desmovilización definitiva de la guerrilla más organizada del país; en el Cauca y muchas regiones directamente afectadas por la guerra, tanto el pueblo raso como numerosos dirigentes políticos y empresarios del campo y la ciudad, apoyan los acuerdos firmados el jueves 23 de junio, en La Habana, y sienten que respirarán más tranquilos, al saber que se acabaron los viajes interrumpidos, por la toma armada de una carretera, la voladura de un puente o alcantarilla, y si se corta la energía, ya no será porque dinamitaron una torre transmisora y las noticias ya no serán luctuosas anunciándonos la emboscada contra una patrulla de policías y soldados.
Entendiendo que apenas es un paso importante el logrado con las Farc, es de esperar que cuajen los contactos con el Eln, actuando en varios municipios del Cauca y que cumpliendo lo firmado el jueves en La Habana, las autoridades desmantelen los grupos criminales ligados al narcotráfico, minería ilegal, extorsión y atentados contra dirigentes populares y funcionarios públicos y defensores de los Derechos Humanos recientemente amenazados en volantes firmados por las Águilas negras’ y los ‘rastrojos’, que son los mismos paramilitares reciclados, al servicio de los radicales opositores al proceso de paz, y utilizados como armas dentro de su política de “combinación de todas las formas de lucha”, también copiada por la ultraderecha de la guerrilla desmovilizada que ya no cree en la lucha armada para llegar al poder y está dispuesta a someterse al escrutinio electoral.
A pesar de la tormenta de tempraneros goles y partido interrumpido que afectó a Colombia frente a Chile, en la noche aciaga de Chicago; desde La Habana en el país y el Cauca soplan mejores vientos y renacen las esperanzas de construir una sociedad más educada, productiva y equitativa, deponiendo odios y sectarismos añejos y enfocando energías a proyectos más edificantes, en una tierra tan rica en recursos naturales de fauna y flora, hídricos y mineros, variedad de climas, etnias y culturas.