Al igual que en años anteriores al cierre obligado por la cuarentena y las limitadas clases virtuales, a la mayoría de estudiantes del Cauca no les fue bien en las Pruebas Saber 11 del 2022. Aunque este test no es el único referente valido para evaluar la calidad de la educación, sí es un parámetro importante para compararnos con las demás instituciones educativas de secundaria del país, tanto públicas como privadas.
Sus resultados se miden con base a la puntuación máxima posible de 500, la cual se obtiene sumando los promedios de las cinco competencias (matemáticas, lectura, ciencias naturales, ciencias sociales e inglés, aunque dando mayor porcentaje a las cuatro primeras). Ahora bien, los resultados no son alentadores para la mayoría de las instituciones educativas del departamento del Cauca, salvo excepciones como el Gimnasio Calibio. Este colegio privado calendario B, al igual que en otros años, se destacó. Quedó en el puesto 7 a nivel nacional con 365 puntos de promedio. Por su parte, el Gimnasio Moderno del Cauca, jornada completa, está de 645 con 305 puntos.
Entre los colegios públicos del país en calendario A, continuando con los buenos resultados de años anteriores, se destacó la IE Nuestra Señora del Carmen, de Popayán, jornada de la mañana, en la posición 18, con un promedio de 323 puntos. Le sigue la IE Nuestra Señora de Fátima, en la posición 99, con 299 puntos. Entre las IE públicas es preocupante que la Normal Superior de Popayán, jornada de la mañana, donde se forman futuros maestros de primaria, quedó de 406, con un promedio de 281 puntos; mientras la jornada de la mañana del Colegio Instituto Técnico de Santander de Quilichao figura en la posición 478, como primer IE de los demás municipios del departamento, con un promedio de 278, y la sede del otrora renombrado Alejandro de Humboldt (A) de Popayán clasifique en la posición 2013, con un promedio de 257.
Alegarán algunos docentes que las difíciles condiciones socioeconómicas del país, agravadas por la situación de violencia en los campos y por factores como la criminalidad y el pandillismo (potenciados por el prolongado cierre de centros educativos obligado por la cuarentena), inciden en la limitada escolarización y calidad a todos los niveles, desde prescolar hasta la educación superior. En gran parte tienen razón, como también la tienen quienes dicen que los sindicatos de educadores, que se han concentrado en exigir sus reivindicaciones gremiales, también han incidido.
En todo caso, urge una profunda reforma educativa que, además de garantizar suficiente presupuesto y asesoría a la educación, capacite a los docentes en procesos de formación y actualización permanente, especialmente en el uso de nuevas tecnologías. A la par, que sustituya los desfasados currículos académicos por grandes áreas y competencias que estimulen la comprensión de lectura, el pensamiento matemático y crítico junto a la escritura. Todo esto para superar la actual saturación de materias que se estudian aisladas de otras relacionadas y de los fenómenos naturales y sociales, sin que se fomente la creatividad e innovación.
Por otro lado, la educación según las comunidades, etnias, culturas y vocaciones productivas también es fundamental a tener en cuenta. Lo anterior puede contribuir al desarrollo productivo y cultural de las comunidades y ayudar a que no se presente deserción escolar ni egresados “etéreos o despalomados” desligados de su medio. Así mismo, es fundamental que empiecen los cambios desde la infancia, partiendo de la estimulación temprana de los sentidos, motricidad y socialización entre los preescolares.
Hay que garantizar que politiqueros corruptos no dejen a medio construir los centros educativos ni tampoco se roben la plata de la alimentación y dotación escolar, como sucede en la actualidad con el sistema de licitaciones nacionales de recursos de la alimentación escolar, que parece hubiera sido reglamentado en el Congreso por los socios de quienes hoy se rapiñan los recursos. Los recursos de alimentación escolar estarían mejor gestionados localmente. Lo ideal sería que la preparación de los alimentos con ingredientes frescos corra a cargo de restaurantes escolares supervisados por las juntas de padres de familia.
En países como Finlandia y Corea del Sur, los educadores son los que tienen mayores puntajes y son los mejores remunerados. Esto se refleja en la calidad de la sociedad que tienen. Si queremos construir una nación próspera, equilibrada y en paz, todos debemos poner para dar un vuelco a la educación, desde la primera infancia a la superior.
