La encandiladora luz tropical del cielo colombiano se ve opacada por la sombra colosal de la acechante bestia. Las cabezas de Fidel Castro y Hugo Chávez conforman su bicefalidad, y su descomunal y pesada masa corpórea avanza rauda hacia nuestra patria en las piernas del marxismo-leninismo, donde pretende instalarse de forma perenne. Lleva en su brazo izquierdo la hoz y el martillo comunista, y en el derecho el látigo castigador para todo aquel que anhele tener su propia empresa o simplemente desee su libertad. Su corazón bombea con fuerza el granate sangre comunista de la Unión Soviética que se creía seca, desaparecida; ahora se torna más viva, casi inmortal. Lleva al cinto la funda donde guarda el machete cortasueños individuales y colectivos, ese machete expropiador para honestos y abnegados empresarios y gentes del común. Así mismo, un peculiar emisor de rayos homosexualizadores de infantes y una especie de caja de pandora que al ser abierta convierte a los religiosos en fatuos y pecadores descreídos.
Tiembla la tierra donde pisa y quiebra naciones, en fin, es una bestia ni siquiera comparable con las de los relatos apocalípticos o las de los filmes de Hollywood. Los más ilustres guionistas del cine de terror palidecen ante la reiterada, pero persuasiva descripción que del monstruo hace el locuaz Dr. Álvaro Uribe y su partido con ayuda del Dr. Ordóñez y de RCN, entre un tono de angustiosa advertencia por su llegada y el de una amenazante venganza de su parte si le permitimos su acceso.
Apadrinado por los comunistas Santos y Timochenko, el castrochavismo, según Uribe, tiene por cometido prensar con sus garras a Colombia para luego despedazarla y engullirla con la voracidad propia de las fieras hambrientas; ya devoró a Cuba y Venezuela, y no colmó su apetito. Ahora Colombia será su presa grande y suculenta.
Es inmune a los dardos de la justicia porque su frondoso pelaje protector está untado de un extraño revestimiento de impunidad y nadie, a excepción del senador, puede combatirlo.
Ante semejante monstruo que además —y conforme al relato— es polimórfico y ha adoptado forma de una tierna paloma de la paz, el miedo se ha disparado entre el imaginario colectivo de las y los colombianos, y no es para menos, frente a esta terrible reseña cualquiera con sentido común cae presa del pánico y huye despavorido a buscar refugio ante su ya inevitable presencia. Lo propio hicimos nosotros, una multitud que prestó oído al ex presidente.
Ya en el búnker subterráneo, cobijados por su protección, aunque aún temerosos de su pronta llegada, el ambiente es de tensa expectativa. Sólo el valiente senador y su partido se encuentran afuera, esperando de forma estoica (propia de héroes) su arribo para enfrentarlo y mientras eso, su voz continúa narrando la desmesurada malignidad de ese ser, voz que es amplificada por nuestro radiecito portátil en un dial de RCN.
La cada vez más intensificada descripción nos hace más temerosos aún y nos arroja a las fronteras de la paranoia. Desde afuera se escuchan vientos estruendosos, tal vez sean los resuellos de la bestia confirmando su proximidad.
Las palabras del senador cuentan que se acerca. Pasan los días y seguimos expectantes a su llegada, pero no sucede, a pesar de que nos ha dicho enésimas veces que tras el acuerdo de paz el monstruo ya ha anidado en Colombia.
El paso de los días torna su relato rutinario, tedioso; relato que en un principio fue inverosímil, aunque atrayente, envolvente y perturbador.
Y la estrepitosa ventisca continúa, pero esta vez el razonamiento colectivo del grupo descarta que sea producto del resollar de la bestia; fue cuando decidimos abrir la puerta, el cielo sigue igual de ensombrecido pero sus pisadas aún no hacen eco y el ventarrón que soplaba ferozmente no pertenecía a las exhalaciones del monstruo sino al impetuoso ajetreo del huracán de la verdad que recogía a su paso lo estipulado en el pacto de paz y lo arrojaba en todas direcciones y con gran fuerza como anhelando su divulgación. A nuestros pies había lanzado un voluminoso documento, de 310 páginas, para ser exactos. Decidimos abrirlo: Era el acuerdo de paz entre la guerrilla de las Farc y el gobierno de Santos (1).
Leímos con sosiego y rigurosa atención su contenido; ¡Oh sorpresa! En él no está acordado el cambio del sistema político-económico del país y/o el irrespeto a la propiedad privada (2).Tanto es así que por paradójico que parezca, la guerrilla en líneas generales la defiende, en el sentido que se ha acordado la formalización masiva de la pequeña y mediana propiedad rural, la habilitación de zonas de reserva campesina para las comunidades menos favorecidas, que son en su mayoría víctimas del despojo por parte de grupos paramilitares (reintegro de tierras), entre otras convenios encaminados a tal fin y con ello se está remarcando, definiendo y titularizando esa propiedad privada rural tan característica del capitalismo (3). El monstruo bicéfalo ha perdido sus célebres cabezas comunistas.
Así mismo, se descarta en él la existencia del célebre "rayo homosexualizador" de menores y destructor de familias, avizorado por el agudo ojo del exprocurador Ordóñez. Es decir, no existe la ideología de género, lo que existe es un enfoque de género para la resolución del conflicto (4), una política dirigida a reconocer a la mujer como víctima de la guerra (muchas veces de violencia sexual) y en la que se establece la búsqueda de mecanismos para la no repetición de estos vejámenes contra el género femenino. Con ella también se busca el acceso de la mujer en igualdad de condiciones respecto a los hombres a la tenencia de la tierra y a proyectos productivos, a líneas de crédito, a la formación y asistencia técnica, a la capacitación en tecnología agraria, etc. Para nada toca el concepto de familia tradicional católica; es más, ese tema es calificado como fuera del contexto de la negociación del fin de la guerra (5), aunque hábil y malintencionadamente ha sido usado como "argumento" contra el acuerdo, "sustentado" en creencias religiosas, que como por arte de contorsionismo ideológico se convierte en intereses políticos. ¡Vaya! Parece que las avanzadas y poderosas armas del abominable némesis eran inofensivas y por el contrario reparadoras y constructivas.
Tampoco existe en el texto ese revestimiento de impunidad tantas veces descrito por el Dr. Uribe, ya que el acuerdo está hecho a la luz de los tratados internacionales vigentes (Tratado de Roma, el cual Colombia ratificó en 2001 y del Protocolo de Ginebra), es decir, acoplándose al DIH (Derecho Internacional Humanitario) y la CPI (Corte Penal Internacional), los cuales, lógicamente, no toleran la impunidad (6).
Supimos que la ONU, la CERAC, los EE.UU., la Unión Europea y un sinnúmero de naciones y organizaciones apoyan y fungen como organismos vigilantes del acuerdo. Y fue ahí cuando entre la multitud se oyó, con acento hilarante y sarcástico una voz que decía: '¡Vea pues, ahora los gringos y el mundo entero se nos volvieron comunistas!’; las risas explotaron en el ambiente al tiempo que lo distensionaban.
Así, leyéndolo y analizándolo continuábamos día tras día; la titánica amenaza diezmaba su tamaño con el doblar de cada página y al terminar la última, se había convertido en un pigmeo tímido e inofensivo que jamás había tenido fuerza en Colombia y que por más que deseara tenerla, las viejas y continuas tergiversaciones y deformaciones que de él se habían hecho terminaron enquistadas en el consciente y el subconsciente colectivos al punto de convertirlo en el Neo-Frankenstein ideológico y político del que todos huyen, tornando impensable su asentamiento en el poder —por las vías democráticas (voto popular)— del país neogranadino.
¿A qué obedecía entonces la extensa y estática sombra posada sobre los cielos? Resueltos a averiguarlo nos abocamos a la intemperie y efectivamente esa penumbra pertenecía al reflejo de un energúmeno de gran dimensión, pero contrario a lo dicho, no correspondía a la del monstruo castrochavista, sino a la enorme sombra proyectada por efecto del choque de la luz de la verdad contra la conciencia del senador y prolífico autor de historietas de terror. Entendimos entonces que el castrochavismo era un monstruo imaginario que tenía por encargo encubrir un monstruo real: el del temor del senador a la verdad* que arrojará el acuerdo de paz.
*La verdad es uno de los pilares fundamentales del proceso de paz, exigencia innegociable de los organismos internacionales de justicia para la cesación de conflictos así como la reparación integral de las víctimas. Esto genera en la psiquis de Uribe un temor muy bien cimentado, real (7); ya que son numerosos los potenciales beneficiarios de la Justicia especial de paz (JEP) que conocen de las actuaciones del ex presidente y actual senador, además de los casi 300 procesos investigativos en su contra que duermen profundamente en el catre de la justicia Colombiana (Comisión de aforados, anteriormente Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes) y dentro de los cuales muchos configuran delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, de característica no prescriptiva. Si existe inoperancia de la justicia (como ha existido en este caso), Uribe puede ser juzgado por la Corte Penal Internacional, su fuero presidencial es invalido ante ella. Dentro del acuerdo de paz entre guerrilla y gobierno no se contemplan investigaciones contra ex presidentes, (único nicho de posible impunidad), error que motivará inequívocamente a esta Corte a posar su lupa sobre sus actuaciones dentro del largo y cruento conflicto Colombiano o en su actividad pública (8).
(3) http://www.eltiempo.com/contenido/politica/proceso-de-paz/ARCHIVO/ARCHIVO-16682558-0.pdf
https://www.youtube.com/watch?v=ed5vhMsOIpo (Min. 1:15:00).
http://www.semana.com/nacion/articulo/acuerdo-de-paz-con-las-farc-enfoque-de-genero/504340
https://www.mesadeconversaciones.com.co/enviar-propuesta/como-participar
http://www.semana.com/noticias/articulo/colombia-ratifica-corte-internacional-justicia/51050-3
http://www.eltiempo.com/mundo/ee-uu-y-canada/cpi-condiciona-proceso-de-paz-con-farc/16506518
http://www.elespectador.com/noticias/paz/acuerdo-especial-tratado-de-paz-articulo-624432
(7) http://conlaorejaroja.com/el-temor-no-deja-en-paz-a-uribe-y-uribe-no-deja-en-paz-a-colombia/
(8) https://es.wikipedia.org/wiki/Corte_Penal_Internacional
http://www.cronicon.net/paginas/juicioauribe/Sec-CPI.htm
http://www.semana.com/nacion/articulo/exclusivo-habla-el-abogado-de-las-farc/436150-3