El año pasado la pareja de Ana Leiderman y Verónica Botero, lograron a través de una tutela poder adoptar a Raquel y criarla como cualquier pareja heterosexual. La niña que tiene siete años nació producto de la fecundación in-vitro de Ana, cuando ya se habían casado en Alemania. La Corte Constitucional siguió la misma linea de esta tutela fallada en el mismo tribunal y abrió la puerta para que cualquier unión homosexual pueda adoptar menores en tanto éstos, como en el caso de Ana y Verónica, sean hijos biológicos de uno de los dos que conformen la pareja.
La última palabra la tuvo el magistrado José Herrera quien actuó como conjuez frente a una votación empatada. Herrera falló en contra de la adopción igualitaria y trasladó a congreso la responsabilidad de legislar ante los múltiples vacíos legales existentes.