Emilio Tapia, uno de los cerebros del carrusel de la contratación en Bogotá —quien pagó siete años de cárcel—, no escarmentó. Como tampoco lo hizo el abogado Inocencio Meléndez, quien logró libertad prematuramente por colaborar con la justicia en la Fiscalía de Eduardo Montealegre. Jurídico del IDU, conocedor de la letra menuda de la contratación pública, trabaja en llave y está contratado por el gobernador Héctor Olimpo Espinosa, quien fue secretario del Partido Liberal y logró armar una coalición con promesa de transparencia en la contratación para atajar la aspiración de Yahir Acuña.
Sin embargo, ahora le llueven los cuestionamientos y recaen sobre él todo tipo de sospechas por su cercanía con Tapia, quien ahora es el gran anfitrión de funcionarios y políticos locales en el apartamento que alquiló en el barrio Venecia, el mejor de Sincelejo, donde sus parrandas ya dan de que hablar.
Siguiendo el esquema con el que se robaron cerca de $500.000 millones en la alcaldía de Samuel Moreno, Emilio Tapia ha ido colocando sus fichas claves en la gobernación como el secretario de Infraestructura, el eje de la contratación del gobernador Héctor Olimpo Espinosa, Saúl Martínez, es cuota del diputado Pedro Paternina, amigo cercano de Tapia.