La tierra de placeres como es conocido El Carmen de Bolívar, ciudad intermedia ubicada en el centro del departamento de Bolívar y capital natural de la los Montes de María.
Esta es una población que se ha venido reponiendo a los embates del conflicto armado y el abandono estatal, hoy cuenta con aproximadamente 100 mil habitantes y es la tercera ciudad más importante del departamento de Bolívar. Al igual que todo el territorio Nacional también sufre las consecuencias de la pandemia que sorprendió al mundo y que a la fecha deja miles de muertos sin distinguir raza, sexo, condición social ni nacionalidad alguna. En medio del confinamiento obligatorio decretado por el Gobierno Nacional y a mediados del mes de Mayo la primera autoridad del ente territorial da a conocer el primer caso de Covid-19 en el municipio.
Desde entonces el temor y la zozobra aumentó en los pobladores. Sin embargo, el alcalde municipal siguió tomado decisiones con el apoyo de un grupo de profesionales y expertos en salud para poder contrarrestar esta enfermedad y evitar su rápida propagación en el territorio.
Lo sorprendente de todo es que antes de semejante emergencia sanitaria y de salud, es que desde el mes de febrero, El Carmen de Bolívar venía registrando los índices de inseguridad más elevados en más de ocho años. Atracos a mano armada, homicidios y el alto consumo de sustancias alucinógenas situaciones que era el pan de cada día, en algunas ocasiones se convocaron consejos de seguridad de los cuales aún no hay resultados. Sin embargo, el Covid-19 y el confinamiento obligatorio fueron fundamentales para que este flagelo menguara por algunos días.
A la fecha de hoy y cuando hace unos días el Gobierno Nacional extiende la cuarentena hasta el 31 de Agosto y en pleno desarrollo de la propagación de la enfermedad en el municipio, así como en medio de un sin número de decretos expedidos por el alcalde municipal, la delincuencia tal parece que se tomó unas pequeñas vacaciones y ya está de vuelta. También queda demostrado que esta, no come de decretos ni le causa mayor temor el coronavirus, dado que se desataron por doquier los atracos a mano armada, se registró un homicidio el pasado fin de semana y según lo manifiestan algunos habitantes, ahora el microtráfico se reinventó y hoy se desarrolla a domicilio por lo cual el consumo de sustancias psicoactivas va en aumento tanto en el casco urbano como en los corregimientos de esta ciudad.
Muchos ciudadanos aplauden las acciones del burgomaestre frente a la lucha frontal contra el coronavirus aunque otros las desaprueban. En lo que si hay coincidencia es que la ciudadanía pide al alcalde no desatender las otras necesidades y problemáticas del municipio dado que el COVID-19 no es la única amenaza que hoy tiene esta población. Pues se siente una persecución de inseguridad y no es para menos dado que los atracos ahora son comunes no solo en las calles o lugares públicos si no que esta modalidad delictiva se desplazó hacia los hogares de los Carmeros, donde llegan los delincuentes y les despojan de sus bienes.
Para terminar de agudizar la difícil situación que afronta El Carmen de Bolívar, durante el día de hoy se hace pública a través de un prestigioso periódico regional las denuncias de un grupo de policías de la Estación central de este municipio donde dan cuentas que son varios los uniformados que resultaron positivos para covid-19.
Para la ciudadanía todos estos hechos, tanto los niveles de inseguridad como los nuevos presuntos casos de coronavirus son confusos y temerarios ya que en estos momentos la secretaria municipal de salud reconoce oficialmente solo 17 casos positivos de covid-19, cuando en realidad estos serían más o menos 44 en total. De igual forma, el Hospital regional Nuestra Señora del Carmen no cuenta con las suficientes camas UCI ni con los ventiladores para atender esta difícil y delicada enfermedad, sin dejar de lado que los índices de inseguridad son similares a los que hoy registra la ciudad de Cartagena, claro está que en proporciones más pequeñas dado al tamaño de la población, con el agravante de que gran parte del personal policial debe entrar en cuarentena quedando la ciudad se haga aún más vulnerable a la delincuencia.