Hace tres años Silvia Gette, rectora de la Universidad Autónoma del Caribe, fundó en la institución educativa su propio equipo de fútbol. La argentina, apasionada hasta los tuétanos por este deporte, lo hizo con un solo objetivo: llegar a la primera división del rentado colombiano. Aunque ahora ella se encuentra en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá, acusada de homicidio, ayer desde una celda y a través del televisor vio cumplir su sueño: ver coronarse campeón por segunda ocasión del año al Uniautónoma Fútbol Club y por consecuencia lograr un cupo en el campeonato profesional. Pero como si fuera poco, había una alegría más, el equipo fue capitaneado por su novio, el defensa barranquillero Orlando Niebles.
Esta es la historia del equipo, el jugador y su romance:
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Silvia Gette llora sobre el pecho de su novio, el jugador de fútbol Orlando Niebles. Es sábado 25 de mayo de 2013, día de visitas en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá. Gette se abalanza sobre el joven de 27 años, 1.74 de estatura, tez morena, brazos marcados por el ejercicio y capitán del equipo Uniautónoma Fútbol Club. Se dan un beso que dura un par de minutos. Ella le toma la cara, lo mira con pasión y rompe en llanto. Él le seca las lágrimas con las palmas de sus manos. Se vuelven a abrazar y toman dos asientos plásticos donde no se pararán durante las próximas cinco horas.
Orlando Niebles Samper hoy está siendo investigado por las autoridades. El deportista se encuentra en proceso de justificar los desembolsos que se han hecho a sus cuentas en los dos últimos años y las adquisiciones que -en tan poco tiempo- ha logrado obtener. Ya pasó el escándalo que en los medios deportivos de la Costa suscitó la compra del pase de Niebles por 200 millones de pesos, transacción hecha por el equipo universitario que en aquel momento direccionaba la rectora Silvia Gette. Los expertos argumentaban que el rendimiento deportivo del muchacho no era el mejor para pagar tan enorme suma de dinero.
Niebles nació en un humilde barrio de Barranquilla en 1985. Por esos tiempos llegaba a la ciudad Silvia Gette, procedente de Argentina, quien estaba por cumplir sus 30 años. El joven empezó su carrera deportiva en el Junior de Barranquilla, jugando siempre en la posición de defensa. Hace poco, en un homenaje que le hicieron al jugador de la Selección Colombia Teófilo Gutiérrez, ‘Teo’, lloró recordando el humilde pasado de los dos. Juntos recordaron cómo tenían que pedirle a los buses que los llevaran por la puerta de atrás sin pagar, porque no cargaban ni para un helado.
Sin embargo, la suerte y las condiciones de Niebles -apodado ‘El León’ por su espesa melena- no lo acompañaron para ser una estrella del fútbol nacional. Debutó en el Junior en el año 2007, pero un par de fechas más tarde fue relegado al equipo suplente. En el siguiente semestre, fue trasladado al Súper Depor, equipo de la segunda división que tenía como sede la ciudad de Cali, allí jugó hasta finales de 2009. El Junior logró enviarlo al Cúcuta Deportivo en el año 2010, para seguir jugando en el torneo de la ‘B’. Entonces, con 25 años y poco bagaje en el fútbol nacional, apareció en su vida un equipo que le cambiaría el camino: Uniautónoma Fútbol Club.
En Barranquilla se sabe que una de las pasiones de Silvia Gette, como buena argentina, es el fútbol. Por ello cuando llegó a la rectoría de la Universidad Autónoma del Caribe, se dio a la tarea de crear un equipo que llevara los colores de la institución. El equipo fue inscrito en el torneo de la Primera C, pero no pudo alcanzar el campeonato para obtener el premio de un cupo al torneo de la Primera B. Sin embargo, en el año 2010 las directivas de la universidad, en cabeza de Gette, decidieron comprar la ficha del Atlético de la Sabana de Sincelejo, por varios cientos de millones de pesos. Así mismo, al año siguiente contrataron jugadores de experiencia en el torneo de la segunda división, junto a otras figuras que iban de salida en el fútbol profesional como Orlando ‘el fantasma’ Ballesteros y Emerson ‘El Piojo’ Acuña.
En dicha empresa futbolera fue donde se conocieron Orlando Niebles y Silvia Gette. Él jugando en la defensa de Uniautónoma con la casaca número 18 y ella viéndolo desde la tribuna rodeada de escoltas por un caso judicial que pronto iba a estallar. A finales de 2011, el jugador con 26 años y ella con 57, comenzaron a verse retratados en las fotografías de diferentes eventos sociales. Incluso, cuatro días antes de que Gette fuese capturada por el crimen de Fernando Cepeda, tuvieron un movido fin de semana de vida social: asistieron a la recepción ofrecida por Carnaval S.A. y al día siguiente estuvieron en primera fila en el concierto del cantante mexicano Juan Gabriel.
En aquellos días el pase deportivo de Niebles sería comprado por Uniautónoma. También se convertiría en el hombre que empezaría a mandar en el campo de juego; pero, además, recibiría la nacionalidad argentina. Hoy el joven defensa debe repartir sus fines de semana entre jugar el torneo de la segunda división en Barranquilla y visitar a su pareja en la cárcel. La cita de aquel sábado de mayo en el Buen Pastor, es para ellos una rutina que significa para Silvia Gette la posibilidad de desenmascarar sus sentimientos. Por eso llora, por eso despresa un pollo asado con sus propias manos para compartir con su capitán. Entonces, Niebles, sin más opciones recibe aquel pedazo de presa fría y sonríe a regañadientes, pensando quizás que estaría mejor, más cómodo pateando un balón de fútbol en Barranquilla que consolando en una cárcel a una mujer que cuando la conoció reunía un poder impensable para él. Niebles guarda silencio.
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