Robert Daza es un dirigente campesino que ha forjado su espíritu de lucha en medio de las grandes dificultades que afronta el campesinado nariñense. Nacido en el municipio de El Rosario, frente al Macizo Colombiano, en la cordillera patiana, se crio en la finca de sus abuelos en Cumbitara, un municipio del Pacífico. Estudió agronomía en la Universidad de Nariño, donde se destacó como líder, vinculándose al movimiento ¡A Luchar!
Posteriormente, se destaca por su liderazgo agrario en Samaniego, organizando a la población campesina en la necesidad de exigir del gobierno unos precios de sustentación en la producción agrícola. En los últimos años viene labrando la tierra en San Pablo, al norte de Nariño. Por su participación en los paros campesinos y su liderazgo social fue objeto de señalamientos; esto conllevó a qué la Fiscalía le imputara el delito de rebelión. Estuvo detenido durante diez días, pero una jueza de garantías lo dejó en libertad, ya que le llegaron 450 cartas que testificaban que Robert era inocente. Se movilizó toda la comunidad de San Pablo; hasta el sacerdote y el comandante de la Policía daban fe de que era un líder campesino y no un peligro para la sociedad.
Ahora es candidato al Senado en la lista cerrada del Pacto Histórico con altas posibilidades de ser elegido. Es decir, la probabilidad de ser senador es muy alta, muy superior a la de muchos colombianos y nariñenses que aspiran a una curul en esa corporación. Él fue llamado por Gustavo Petro para que integrara la lista del Pacto Histórico como reconocimiento al liderazgo social del campesinado colombiano.
Por su parte, Robert afirma que su voto en la consulta presidencial del Pacto Histórico será por Francia Márquez, teniendo en cuenta la inclusión de género y la participación del grupo étnico de las negritudes en la política nacional. Posteriormente, en las presidenciales, apoyará con su voto a Gustavo Petro.
Asiste a cuanto foro y debate lo inviten; su mejor publicidad la constituyen los medios de comunicación y las redes sociales. Detesta la contaminación visual de calles y carreteras con gigantescos pendones y vallas; además, es consecuente con lo que predica, no quiere repartir publicidad impresa porque el derroche de papel va en contra del medioambiente. Es por ello que considera que las campañas se hacen con discursos coherentes y no con caras maquilladas.
Su discurso es sencillo, pero con una oratoria muy elocuente; busca convencer a sus interlocutores de la necesidad de mirar al campo. Manifiesta que los tratados de libre comercio con otros países en condiciones de desigualdad tienen la ruina el campo colombiano, importando alimentos que produce el campesino con mejor calidad y precio. Se hace entender con facilidad, combina un lenguaje elemental con el conocimiento de ser un profesional en ingeniería agronómica. Con esto se asegura que será un poderoso interlocutor en el Senado y se hará escuchar por los caciques tradicionales que asisten somnolientos a las sesiones.
Robert es un campesino que está muy preocupado por la crisis que tendrá que afrontar la humanidad por las malas prácticas, como la minería en los páramos, donde nacen los ríos, los incendios forestales, la ganadería intensiva, la deforestación, el fracking en la explotación petrolera, el uso del glifosato en la erradicación de cultivos ilícitos; teniendo en cuenta que conllevan al deterioro de los ecosistemas, trayendo como consecuencia el cambio climático, que se constituye en uno de los temas que hoy por hoy preocupan a los organismos internacionales. Dice que por encima de todo hay que defender el agua para garantizar la vida y la producción de comida.
Creo que su constancia, su don de gentes y su ética lo llevan a ocupar tan alta posición; está de 13 en la lista cerrada del Pacto Histórico, con lo cual, prácticamente, estaría dentro del Senado si tenemos en cuenta que los cálculos dicen que con la votación del Pacto Histórico le alcanzaría 22 senadores a la coalición liderada por Gustavo Petro.
Considero importante que un nariñense llegue a ocupar ese cargo por medios idóneos y no por maniobras como la compra de conciencias, el ofrecimiento de puestos y el engaño al electorado. Y, además, hay que anotar que la campaña de Robert Daza es la de menor costo en el país y con un pie adentro.
