Todos los días, Darcy Quinn se levanta recibiendo el palo de los petristas más radicales en redes sociales. No puede criticar absolutamente nada, ni a los más de cien actos oficiales a los que el Presidente ha llegado tarde, ni que la Vicepresidenta proponga que los jóvenes en el país estudien un idioma que sólo hablan en una parte del África.
A Darcy, en el lenguaje salvaje de X (antes Twitter), no la bajan de fascista y pocos recuerdan que su papá fue uno de los reporteros más valientes y que más duro le dio al establecimiento en una época en la que mataban periodistas incómodos y ella era una niña cuando la tragedia tocó a su puerta.
Darcy Quinn nunca ha silenciado ese carácter recio y valiente de su papá, Tom Quinn (q. e. p. d.) un norteamericano aventurero que ella ha calificado de hippie que llegó a vivir en Colombia y a trabajar como reportero del diario El País de España y no se callaba nada.
A finales de los sesenta, Tom Quinn se ganó una beca para estudiar historia latinoamericana. Se enamoró de Zulma Dennis y tuvo cuatro hijos: Darcy, Iris, Gaeleen y Sussie. Cuando Darcy tenía dos años, su familia se fue a vivir a una finca en el Tambo (Cauca). En esa época, el conflicto armado no arreciaba.
Vivieron seis años en el Tambo en medio de la naturaleza, sacando la miel de las colmenas y desde allá, Tom Quinn trabajaba como corresponsal para la revista Alternativa, publicación de izquierda que estaba en ese momento en poder de Enrique Santos Calderón y Gabriel García Márquez..
Tom Quinn casándose con su esposa, principios de la década del setenta.
Sin embargo, la guerrilla los sacó del pueblo a punta del boleteo y amenazas de secuestro. A comienzos de los ochenta, arrinconados, se fueron a vivir al cuarto de una tía en Bogotá mientras Quinn daba clases de inglés.
Un día, Tom Quinn fue a hacer un reportaje al barrio Las Cruces de Bogotá sobre un laboratorio de cocaína y terminó preso por unas semanas. El entonces presidente, Belisario Betancur reconoció después que se trató de un error judicial. Cuando lo soltaron, el Presidente conservador le hizo esta recomendación: “la próxima vez que piense hacer un reportaje de este tipo, tome más precauciones”.
Al parecer, hizo muy poco caso, pues otro día se hizo pasar por un extranjero que compraba droga en uno de los sitios de la ciudad conocidos como “ollas”, lo detuvieron y logró pasar 90 días en la Cárcel Modelo para hacer un reportaje. Después lo contrató la revista Time y desde entonces fue uno de los periodistas más importantes que han estado en el país.
En la revista Time, sus reportajes llegaron a ser portada como la de diciembre de 1985 después de la avalancha que borró a Armero. En diciembre de 1993 logró que su artículo sobre la muerte de Pablo Escobar estuviera en primera plana en la revista más importante del mundo. En 1994, según cuenta la propia Darcy, fue considerado un apátrida en Estados Unidos por publicar una entrevista con los hermanos Rodríguez Orejuela. Time le creyó a la opinión pública norteamericana y le canceló el contrato a pesar de que, desde su columna en El Tiempo, le hizo la guerra al gobierno de Ernesto Samper por las acusaciones de ingreso de dinero del Cartel de Cali a la campaña que lo llevó a ser Presidente de la República.
Tom Quinn encontró en la televisión colombiana un escampadero cuando fue el guionista de la serie Fuego Verde. El 20 de octubre de 1996 en la madrugada, las cuatro hermanas Quinn esperaban a su papá en la casa en el norte de Bogotá. Nunca llegaron. Se enteraron que, saliendo de la fiesta de RTI, el carro se salió de un puente Tom murió de manera instantánea y Zulma en la clínica dos días después.
Darcy Quinn era una niña cuando la tragedia tocó a su puerta. Se acostumbró a ser una madre para sus hermanas. No se calla nada y cada día se posiciona más en la F. M. en el equipo que encabeza Luis Carlos Vélez. Los malos recuerdos, aunque a veces aparecen, siempre los conserva en su corazón como otros de sus secretos mejor guardados.