Desde que Luis Miguel Pico se graduó de la universidad se encaminó en la política de alto vuelto que lo llevaría incluso hasta la Casa de Nariño. En 2006 recibió su título de administrador del Politécnico Grancolombiano e inmediatamente entró al equipo de trabajo de la entonces representante a la Cámara Zulema Jattin, una de las congresistas cordobesas más poderosas de la región gracias a la alianza que habría hecho con Salvatore Mancuso y un puñado de políticos de la región conocido como ‘El Sindicato’ para conquistar las elecciones regionales en 2003. El propio Mancuso aceptó haberse reunido con Jattin para que la apoyara a ella y a su grupo para ganar la gobernación de Córdoba, a cambio de entregarle la secretaría de Hacienda y Salud, unas de las carteras que presentaban más corrupción en el departamento.
El joven Pico se la jugó por Zattin y el uribismo en Córdoba cuando la congresista saltó al Senado, y fue una de sus fichas hasta 2009 hasta que fue capturada por el CTI de la Fiscalía en pleno centro de Bogotá después de que su nombre apareciera en el computador de Jorge 40. Pero a pesar de la caída de su madrina política, Pico siguió moviéndose entre el poder y encontró en el partido de la U el mejor lugar para catapultarse.
Con la llegada de Juan Manuel Santos a la Presidencia y liderando a la U, el que también encontró réditos fue el samario Sergio Díazgranados, quien fue nombrado como ministro de Comercio, Industria y Turismo después de haber sido pieza fundamental de la campaña de Santos en la Costa Caribe. Diazgranados vio en Pico su experiencia en el Congreso, y lo nombró como uno de sus asesores políticos para que se encargara de las relaciones con el capitolio, además de los alcaldes y gobernadores del país.
Precisamente, fueron esas buenas relaciones con senadores y representantes las que lo llevaron hacia las mieles de la Concesionaria Ruta del Sol II, de la que eran socias Odebrecht y Episol, filial de Corficolombiana, perteneciente al Grupo Aval. Desde 2010 la Concesionaria estaba haciendo todas las gestiones para firmar un contrato de estabilidad jurídica con el que se ahorrarían cerca de 250 millones de dólares en impuestos. Néstor Humberto Martínez, entonces abogado de la concesionaria, estuvo desde el principio al frente de ese trámite y en 2010 presentó la solicitud ante el Comité de Estabilidad Jurídica del Ministerio de Comercio. Sin embargo, solo hasta 2013 la Concesionaria pudo firmar dicho contrato, algo que logró con la ayuda, entre otros, de Luis Miguel Pico.
Bernardo, el Ñoño Elías, se puso en contacto con Pico y le dio instrucciones para conseguir una reunión con el ministro Sergio Diazgranados, un lobby por el que Odebrecht pagó cerca de $ 4.000 millones y al asesor Pico $ 50 millones. Y es que solo tenían hasta el 2 de enero de 2013 para firmar el contrato, antes de que ese beneficio tributario dejara de existir en el país. Incluso, el Ñoño estuvo en contacto con Pico para que el 1° de enero de ese año el empresario Federico Gaviria, procesado por su participación en el escándalo, y un funcionario de Odebrecht, estuvieran en la firma del contrato. Pico adelantó toda la gestión el 31 de diciembre de 2012 y cumplió con su palabra: aquel 2 de enero todos celebraron.
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Al igual que pasó con Zulema Jattin cuando se lo llevó de la Cámara al Senado, Sergio Díazgranados también se llevó a Luis Miguel Pico consigo cuando dejó la cartera de Comercio en 2013 y asumió la dirección del Partido de la U, en donde lo asesoró incluso para hacer las listas para las elecciones regionales de 2014.
Luis Miguel Pico también se puso la camiseta para la reelección de Juan Manuel Santos, un favor que no pasó desapercibido. El 7 de octubre de 2014, y con el visto bueno de Néstor Humberto Martínez, quien después de ser el apoderado de la Concesionaria Ruta del Sol II saltó a Presidencia como superministro de Gobierno, llegó para manejar el computador de Palacio —desde donde se entregó la mermelada— y ser la conexión de Martínez en todos los asuntos políticos. Y en 2017 empujado por sus buenas relaciones con la U, llegó al viceministerio de Agricultura de la mano de Aurelio Iragorri.
Durante más de una década de trabajo en el sector público, Luis Miguel Pico siempre se presentó como un hombre eficiente y honesto, pero sorpresivamente, cuando fue citado el 21 de mayo al juzgado 49 de Control de Garantías para rendir testimonio en el caso Odebrecht y presentar su declaración de renta, se declaró culpable por el delito de cohecho que le imputó la Fiscalía. Ahora Pico pagará entre 5 y 11 años de prisión, menos la rebaja que recibirá por haber aceptado cargos, y se convertirá en el segundo funcionario de más alto cargo, junto al exviceministro de Transporte Gabriel García Morales, en ser condenando por el caso Odebrecht.
