Lo que empezó como un romance terminaría en tragedia cuando en una fría madrugada de domingo los celos desenfrenados de John Poulos acabaron con la vida de Valentina Trespalacios. El hombre de 35 años llevaba una doble vida, en una hacía el papel de cristiano, esposo ejemplar en Estados Unidos y otra muy diferente llevaba en Colombia como soltero empedernido. Conoció a Valentina Trespalacios por internet en una aplicación de citas, en ese entonces ella tenía solo 22 años y no sabía inglés, pero no fue impedimento para que llegaran a conocer a través un traductor de voz. Desde entonces, se veían un vez por mes, John Poulos, quien no era un hombre con dinero, se endeudaba para viajar a Colombia con tal de ver a su amada, sus visitas no pasaban desapercibidas, siempre llenas de excentricidades.
A lo largos de los meses, Valentina Trespalacios también fue cambiando su apariencia, pasó de ser una jóven de jeans y tenis a convertirse en una glamurosa DJ de la noche bogotana. Su rostro mutó cuando John Poulos le recomendó inyectarse botox en sus pómulos y labios. En octubre le regaló una cirugía de aumento de senos y hastas le recomendó una talla 36 para su menudo cuerpo. La Valentina Trespalacios que su familia conocía iba cambiando. John Poulos la convirtió en una muñeca que iba armando a su gusto, una muñeca de la que se creía dueño de su destino. La dejó vivir hasta el día que él quiso.