En Santa Marta, la oposición a los gobiernos del Cambio está lejos de ser una lucha por el bienestar de la ciudad. En cambio, se trata de una estrategia de ciertos individuos para saciar sus intereses personales y aprovechar cualquier oportunidad y hacer daño a los artífices de los cambios.
Algunos opositores han perdido sus batallas políticas frente a los gobernantes actuales, mientras que otros han visto afectados sus intereses económicos por la derrota de sus amigos políticos. Algunos más malintencionados se dedican a molestar y joder a los gobernantes sin importar las consecuencias para la ciudad.
Esta actitud egoísta es propia de algunos samarios, que parecen haber perdido el sentido de solidaridad con su propia ciudad. Por suerte, la mayoría de ellos reconoce el valor de los cambios que han llegado a Santa Marta en los últimos años, y sabe quiénes son los verdaderos artífices del desarrollo de la ciudad.
Lamentablemente, los detractores del Cambio siguen siendo un obstáculo para el progreso de Santa Marta. Aunque antes se inauguraban una o dos obras al año, hoy en día la ciudad disfruta de una media de seis a diez nuevas obras anuales gracias a los gobernantes que se preocupan por su desarrollo.
Es difícil de creer que después de tantos años de subdesarrollo, algunas personas sigan oponiéndose a los cambios necesarios en Santa Marta. Es hora de que la ciudadanía reconozca el valor de los avances realizados por los gobernantes actuales y siga apoyando su trabajo por el bien de la ciudad.
Esto puede ser cierto en cualquier lugar del mundo y no solo en Santa Marta. Hay personas que prefieren confiar en las opiniones de otros en lugar de formular las suyas propias. Esto puede ser debido a la falta de confianza en su propia capacidad de discernimiento o simplemente, porque es más fácil seguir la opinión de unos cuantos. Sin embargo, es importante fomentar el pensamiento crítico y la independencia intelectual para ampliar nuestros horizontes y mentes.
Por eso hoy les digo con ese pensamiento crítico e independencia intelectual, el Cambio en Santa Marta tiene que seguir.