Los grupos económicos dueños de los grandes medios de comunicación y de la mayoría de las encuestadoras son los que terminan eligiendo al Gobierno de Colombia.
Trazan la estrategia que permita hacer creer que existe una democracia “profunda”, impulsan candidaturas impuestas por la banca transnacional –Darío Arismendi, entonces director de Caracol Radio, grupo Prisa, afirmó que Duque era un fenómeno de la política con el objetivo de conducirlo al poder– y muestran como beneficiosas macropolíticas como la globalización neoliberal con las Áreas y Tratados de Libre Comercio o los Acuerdos como la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico –OCDE–.
Es una táctica de la globalización de capitales financieros. Por eso las candidaturas perfiladas por fuera de sus cánones son literalmente “molidas”.
Desde lo anterior se entiende las dificultades que atravesó la Coalición Centro Esperanza para su consolidación como una realidad, que ha iniciado su reconocimiento hasta el domingo 29 de mayo, día de la elección presidencial, con un paso intermedio el próximo 13 de marzo con la selección de su candidato presidencial y de sus parlamentarios.
La Coalición Centro Esperanza apenas va a iniciar la lucha por la Presidencia de la República.
Le han caído rayos y centellas, metiéndole baza con “quintas columnas”, disfrazadas de benefactores, que en el fondo buscaron destruir la naciente organización de centro, verdadera alternativa de los colombianos a esos dos supuestos extremos que, en el caso de Colombia, se juntan y solo buscan polarizar el uno en beneficio del otro.
A esos extremos los une los Tratados de Libre Comercio, defendidos por la oficialista Coalición Equipos Colombia y por Petro, jefe del Pacto Histórico, quien hizo acuerdos con el Partido Demócrata de los EE.UU.
Además, el bloque oficialista de Duque y Petro votaron para anexar a Colombia a las políticas de ese capital financiero transnacional, a través de la OCDE, su tanque de pensamiento, con un decálogo de medidas impuestas al país para la quiebra de su aparato productivo, convirtiendo su mercado interno en coto de caza de sus multinacionales.
Petro es su acérrimo defensor: “He votado a favor que Colombia pertenezca a la OCDE. Vamos a demostrar que en un gobierno progresista con buenas prácticas administrativas y financieras se pueden alcanzar los mejores niveles sociales y los mejores niveles tecnológicos en la tercera revolución industrial”, escribió el 13 de noviembre de 2018. La OCDE, muerta de risa, dice: “Con cara, gano yo... Con sello, pierdes tú”.
La Coalición Centro Esperanza tiene cuatro ejes centrales:
i. Defensa de la nación
ii. Defensa de la producción nacional
iii. Generación de empleos dignos
iv. Recuperación de los derechos universales y fundamentales de la población
En ellos van implícitos temas como la renegociación de los TLC, una visión social de la economía, la paz, la seguridad ciudadana, la lucha contra la corrupción, la igualdad de géneros, el empoderamiento de comunidades étnicas y acabar con los privilegios en el Gobierno.
Entre sus cinco candidatos, quien mejor encarna sus principios es Jorge Enrique Robledo Castillo, estudioso y conocedor de los temas, y un luchador de más de 40 años sin dobleces, ni engaños, ni caudillismo: ¡Esto sí es en serio!